En nuestro país se consumen más de 350 especies de hongos y, de éstas, alrededor de 80 variedades en la ciudad de México, de acuerdo con Luis Carlos Vega Castañeda, biólogo y director de proyectos y logística en Alux de México Gestores Ambientales, sociedad cooperativa que ofrece productos y servicios encaminados a dar soluciones que atiendan la problemática ambiental actual.
«A diario nos beneficiamos de estos organismos al consumirlos como champiñones y al usarlos como medicina, así como en pesticidas, pigmentos, cosméticos, bebidas fermentadas, entre otros usos», apunta el directivo.
De las un millón 500 mil especies que se calculan existen en todo el mundo, número que convierte a los hongos en el segundo grupo biológico más diverso del planeta, en México se encuentran más de 250 mil variedades.
Los hongos y setas comestibles más populares en nuestro país son los champiñones, los hongos Portobello, las senderuelas, la trompeta amarilla y de los muertos, las gírgolas, morillas, los hongos Porcini, la trufa negra, las setas matsutake, las Enoki y el huitlacoche, considerado una herencia culinaria.
El consumo de estos organismos aporta al cuerpo humano proteínas de buena calidad (el porcentaje de proteína en peso seco puede variar entre el 10 y 30 por ciento); vitaminas como la tiamina, riboflavina y ácido ascórbico; minerales como fósforo y potasio, además de carbohidratos. «La fracción de lípidos en los hongos pleurotus ostreatus, por ejemplo, es poco significativa; sin embargo, los ácidos grasos presentes son generalmente insaturados y de fácil digestión», indica el biólogo.
Algunas especies de hongos, como los pleurotus, pueden ser cultivados en casa para el consumo familiar, solo es necesario contar con un lugar que tenga una temperatura estable y esté alejado de los rayos del sol.
