Una autofoto con las banderas y los avisos de peligro, una camiseta estampada, un imán de heladera o un llavero en forma de tiburón dividen espacio en la turística ciudad brasileña de Recife, donde cada vez más son los turistas que acuden a sus playas en busca de los escualos.
Los ataques de tiburones en las playas de urbanas de Recife, Boa Viagem, Piedade y Candeias, se repiten con cierta frecuencia desde hace tres décadas, pero pese a las advertencias y prohibiciones de las autoridades, el número de turistas curiosos aumenta cada vez más.