Matt Damon ha emprendido medidas para combatir la crisis de diversidad que afecta a Hollywood a través de la empresa de producción que tiene con Ben Affleck, Pearl Street Films, y la colaboración con la Iniciativa de Medios, Diverisidad y Cambio Social de la Universidad del Sur de California.
Affleck y Damon son los astros que más recientemente se han sumado a una meta de inclusión al igual que J.J. Abrams y Ryan Murphy.
Lo que iluminó a Damon fue la más reciente temporada de «Project Greenlight», el reality de HBO sobre la producción de películas independientes lanzado por Damon y Affleck en 2001. La temporada tocó un nervio cultural sensible el año pasado cuando mostró la producción de una película de un director blanco, Jason Mann, sobre personajes blancos y ricos titulada «The Leisure Class».
Encima de todo eso, Damon sintió la presión por una conversación con la productora Effie Brown, quien es de raza negra, que fue incluida en el reality y fue percibida como insensible ante los problemas raciales. Damon se disculpó, pero quedó claro que el programa se había vuelto, intencionalmente o no, una representación de la mentalidad de la vieja guardia en un año en el que la falta de representación diversa en el cine era el tono dominante.
En respuesta el equipo volvió a revisar quién entró al concurso de «Project Greenlight» en Facebook, que permitía a los cineastas enviar un cortometraje de tres minutos para ser considerados para el reality. Para entrar los concursantes necesitaban una cuenta de Facebook válida, ser mayores de 18 años y no ser «directores profesionales». Tras esto habría una votación pública de los trabajos presentados, pero un panel tomaba la decisión final.
Damon asumió que su sistema dejaba el abanico más amplio para participación, pero le sorprendió el resultado: sólo 2% de los participantes eran personas de color y 8% eran mujeres, señaló.
«Eso nos impactó porque no iba con el espíritu de lo que publicamos. Era como ‘vengan, vengan todos’, pero fueron predominantemente hombres blancos los que aparecieron y participaron», dijo Damon en una entrevista. «Esa fue una verdadera lección para nosotros».
Por lo que el equipo de Pearl Street decidió que era momento de unirse con las personas responsables de la iniciativa, la cual incluye un estudio de la Escuela Annenberg de Periodismo y Comunicación de la Universidad del Sur de California, que ha detallado la magnitud de la crisis de representación en la industria cinematográfica, la televisión y los contenidos digitales, tanto frente como detrás de la cámara, para descifrar cómo podrían cambiar las cosas.
«Ellos dijeron ‘es una locura que nos hayan buscado porque los identificamos como dos de las cinco personas en la industria que pueden cambiar las cosas»’, dijo Damon. «Buscábamos ideas reales, cosas prácticas que pudieran ayudar».
Una idea que se quedó fue poner clausulas en contratos para que sea una prioridad revisar todos los papeles en una película y contratar tomando en cuenta la equidad.
«Puedes codificar esto, puede haber cambios demostrables», dijo Damon.
En vez de reaccionar a influencias externas, Pearl Street y varias empresas de producción en Hollywood están tratando de cambiar las cosas desde dentro del proceso creativo.
«Los actores famosos o productores que trabajan con expertos en inclusión llevan su evidencia fundamentada en datos y su experiencia a las mesas donde se toman decisiones y a los sets de producción», dijo la doctora Stacy L. Smith, directora de la Iniciativa de Medios, Diversidad y Cambio Social de Annenberg. «Puede crear la tormenta perfecta para el cambio social».
En su empresa productora Bad Robot, J.J. Abrams implementó a principios de año una política para asegurar que la gente sea contratada para empleos en el cine de manera proporcional a su representación en Estados Unidos.
«Es importante para nosotros que la gente que cuenta las historias y la gente que está frente a la cámara, siempre que sea posible, sean representativa de cómo se ve el país. Esto no significa que haya una cuota o que haya reglas que tenemos que seguir», dijo Abrams recientemente. «Cometeremos errores, quizá metamos la pata y sigamos intentando cosas. No hay una forma correcta de hacer esto. Pero para mí, el beneficio es para el público, la gente que comenzará a ver historias que no se verán como lo mismo de siempre».