Excesiva, acelerada y lujosa… así ha retratado Baz Luhrmann la vida de Elvis Presley en un filme que mantiene el inconfundible sello del director de «Moulin Rouge» y se centra en la compleja relación que el rey del rock, encarnado por Austin Butler, mantuvo con su representante.
Desde su descubrimiento, como un joven aficionado a la música en la vibrante escena de Memphis, hasta su muerte, exhausto en su suite de Las Vegas, el camaleónico Butler recrea, durante casi tres horas de metraje que no dejan descanso al espectador, todas la etapas del icono musical.