Frente a la tesis general de que los problemas de salud de Elvis Presley fueron efecto de su adicción a las drogas, la periodista e historiadora Sally Hoedel acaba de publicar una nueva biografía en la que afirma que la estrella del rock and roll murió porque tenía «malos genes».
Así, en su libro «Elvis: destined to die young» («Elvis: destinado a morir joven», en español), considera que las afecciones del cantante, más allá de los excesos a los que tiende la fama, podrían haber partido de sus abuelos maternos, que eran hermanos.