Inicio COLUMNAS Elefante en la habitación

Elefante en la habitación

37
0

Por: Héctor Romero González 

El caso de tortura y homicidio de Giovanni López ocurrido desde los primeros días de mayo ha provocado la indignación de toda la sociedad, lo que desencadenó una serie de hechos que demostraron un uso faccioso y con cálculos políticos de las instituciones en materia de seguridad pública.

La Fiscalía tuvo conocimiento del homicidio desde que ocurrió, sin que parezca que se haya prestado mucha atención a la investigación sino hasta junio cuando se convirtió en un tema de relevancia nacional con cobertura de diversos medios y espacios de opinión.

A partir de ese momento la Fiscalía actuó con rapidez y prontitud, asumiendo el control de la comisaría de seguridad municipal de Ixtlahuacán de los Membrillos y deteniendo a los presuntos elementos de la corporación responsables del homicidio, sin embargo, esto ocurre en el marco de una operación al estilo Hollywood que evoca la detención de Israel Vallarta y Florence Cassez.

Al día siguiente se habría convocado a una manifestación en la calle 14, sede de la Fiscalía local, donde los manifestantes y transeúntes comenzaron a ser “levantados” por elementos de la propia Fiscalía y privados de su libertad en forma arbitraria, a quienes en algunos casos se torturó y amenazó.

Con motivo de esto el gobernador de Jalisco se disculpó y reconoció no tener el control de la institución ministerial, acusando incluso de la infiltración del crimen organizado y una estrategia de la oposición para desestabilizar a su gobierno.

Ello ocasionó la detención de algunos elementos de la corporación, a quienes se señaló como responsables de la desobediencia de los agentes implicados en las desapariciones forzadas y se exoneró de toda responsabilidad al fiscal, provocando suspicacia.

Muchos líderes de opinión y actores políticos han recriminado al gobernador la decisión de no cesar a Solís Gómez, así como la omisión de adherirse a la totalidad de exigencias planteadas por el colectivo #FiscalíaQueSirva, especialmente a aquella consistente en dotar de autonomía a esta instancia de procuración de justicia.

Pero pocos hablan del elefante en la habitación: la omisión legislativa. La autonomía de la Fiscalía era una exigencia constitucional desde julio de 2017, aunque se condicionó la vigencia esta reforma a la expedición de la ley orgánica correspondiente, lo cual estaba a cargo del congreso local y debía ocurrir a más tardar el 14 de septiembre de 2017.

Tras más de un año de impasse legislativo parecía que por fin se expediría la legislación que materializara esta autonomía, sin embargo, en contravención a ello, en diciembre de 2018 la legislatura aprobó la Ley Orgánica de la Fiscalía del Estado de Jalisco, en donde se considera aún a la Fiscalía como una dependencia del Poder Ejecutivo, sin que se asegure la independencia de la organización, sujetándola a decisiones políticas y supeditadas al gobernador.

Los hechos ocurridos con Giovanni obligan a reflexionar sobre la omisión legislativa que subsiste y la obligación del Poder Legislativo de cumplir con el mandato constitucional de establecer las bases de la transición institucional.

Ahora, debemos reconocer que la autonomía exigida es una condición necesaria, pero no suficiente o monolítica, para asegurar un cambio sustantivo para lograr una mayor eficiencia en el cumplimiento de los objetivos de la autoridad ministerial, por lo que este proceso de reestructura normativa debe acompañarse de una cultura abierta, participativa, incluyente y objetiva.

Aprendiendo también de la experiencia, particularmente de lo ocurrido en Veracruz, una consideración relevante es que la autonomía no se ha traducido en la independencia de los titulares respecto de los gobernantes locales, por lo que debe ponerse especial énfasis en que los procedimientos  de designación obedezcan a una lógica imparcial. 

A su vez, resulta ingenuo pensar que la autonomía institucional y la independencia del titular puedan entenderse como una panacea, sino que la organización requiere de un gran esfuerzo para privilegiar la transformación sustantiva y asegurar la capacidad de sus integrantes, lo cual solo puede resolverse mediante un servicio profesional de carrera efectivo.

Esperemos que por lo menos ahogado el niño, se tape el pozo. El balón está en la cancha del Poder Legislativo.

@hecromg

Comments

comments

Artículo anteriorAfores en la mira
Artículo siguientePRD llama a fortalecer la certificación para combatir brutalidad policíaca
Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2