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El Terror Electoral

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El Terror Electoral Por: Héctor Romero González 

@hecromg

En la calle Carlota Armero número 5000 las intrigas entre magistrados del Tribunal Electoral asemejan a la Francia de Robespierre y Fouché, donde cinco magistrados han orquestado la remoción como presidente de José  Luis Vargas, conocido como “magistrado billetes”, quien únicamente quedó respaldado por la magistrada Mónica Soto. 

El pasado 4 de agosto, el magistrado Felipe de la Mata sometió a consideración del Pleno incorporar al orden del día de la sesión en que se encontraban “analizar las funciones de la presidencia”, vaticinando un desenlace nada favorable para Vargas quien, desde el inicio de su gestión, apenas en noviembre del año pasado, se ha conducido con irresponsabilidad institucional al pretender alterar acuerdos, postergar unilateralmente votaciones de asuntos controvertidos y exigir a sus pares que anticiparan el sentido de sus votos. Ello, sin mencionar la polémica del presunto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero investigado por la UIF.

Ante la negativa de Vargas para incorporar este punto al orden del día y la suspensión de la sesión, la mayoría de cinco magistrados determinó su reanudación y se pronunció por la remoción del presidente; en su lugar, fue elegido el magistrado Reyes Rodríguez, quien será el cuarto en el cargo en un período de cinco años.

Pero no nos dejemos engañar, este conflicto no es nuevo, sino que es el fruto de un árbol envenenado.

En la reforma constitucional de 1996 se creó al Tribunal Electoral como máxima autoridad judicial en la materia, en cuya cabeza se encuentra la Sala Superior, conformada por siete magistrados elegidos por mayoría calificada del Senado, a propuesta de la Suprema Corte, quienes durarían en su cargo diez años, lo que implicaba una renovación total de la Sala al haberse cumplido dicho período.

Esta renovación implicaba riesgos de grandes dimensiones pues, por un lado, se traducía en una posibilidad que los partidos que conformaban la cámara alta recurrieran a las cuotas como mecanismo de designación y, por otro, impedía que la experiencia adquirida por los integrantes más antiguos se transmitiera a los más recientes, propiciando inseguridad jurídica.

Para evitarlo, en la reforma constitucional de 2007 y de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 2008, se disminuyó la duración del encargo a nueve años y se impuso la obligatoriedad de asegurar una renovación escalonada. Con este objetivo, se establecieron transitorios que aseguraran una transición gradual, evitando la cooptación de la institución por otros poderes.

Lamentablemente, en 2016, en una burda maniobra equiparable a la Ley Zaldívar, el Congreso modificó el plazo para el cual fueron elegidos los magistrados electorales una vez efectuada la designación. Con ello se amplió por cuatro años el período de los magistrados Vargas e Indalfer Infante, quienes debieron cumplir su mandato en 2019 y en dos el de Felipe de la Mata y Reyes Rodríguez.

Dicho albazo fue impugnado por Morena y el PRD, a pesar de lo cual, la Corte confirmó la constitucionalidad de la ampliación en una votación dividida, que probablemente el día de hoy no se sostendría, ya que los votos de los ministros Margarita Luna y Medina Mora, quienes ya no integran el tribunal constitucional, fueron decisivos.

Desde ese momento, Vargas estuvo al servicio del poder; primero del priismo y, una vez que llegaron los vientos de cambio, se decantó por el lopezobradorismo.

Aunque probablemente el punto de quiebre en la estabilidad institucional del Tribunal, al menos visible para los externos, fue cuando asumió una posición controvertida al conocer las impugnaciones de los comicios poblanos en que Martha Erika Alonso resultó gobernadora.

Al resolverse la controversia confirmando la validez de las elecciones, Vargas acusó a la magistrada Otalora, quien en ese momento fungía como presidenta, de supuestas irregularidades en el manejo de expedientes y le exhortó a renunciar al encargo argumentando que en el contexto que vivía el tribunal “se requeriría de un liderazgo, de unidad y de una interlocución con múltiples actores políticos”.

Estas exigencias de Vargas parecen lapidarias ante el escenario que enfrenta y cualquier sentido de congruencia lo obligaría a hacerse a un lado, sin embargo, su aferramiento a la presidencia ha provocado una crisis constitucional que no es de menor envergadura; la legitimidad del órgano está en juego.

Sus pares optaron por una solución igual de controvertida. De tajo resolvieron la remoción de su presidente sin haber agotado un procedimiento previo y sin una motivación o fundamentación clara, lo que sin dudas motivó la impugnación ante la Suprema Corte.

Sin embargo, las lagunas que existen en la regulación del Tribunal sobre la responsabilidad de los magistrados electorales, así como los mecanismos para remover a su presidente no hacen que la solución de esta controversia sea cosa sencilla, desde lo legal, ni lo político.

Los togados podrán pensar que se trata de un juego de suma cero, donde una de las facciones conservará el poder y la otra resultará vencida, pero la realidad es que están obligados a una mayor altura de miras por el bienestar de la justicia electoral.

Las cabezas pueden rodar como la de María Antonieta durante el Terror. El escenario donde todos los integrantes de la sala Superior sean destituidos es, como dirían algunos, “plausible”.

Aprovechando la coyuntura, el titular del Poder Ejecutivo y legisladores se han sumado a la interlocución del conflicto, incrementando los intereses en juego, lo que pudiera resultar en un intento para cooptar al órgano jurisdiccional a partir de una negociación entre la judicatura y los demás poderes de la Unión.

Así, que no extrañe una resolución salomónica desde el propio Tribunal, como la designación de Mónica Soto como presidenta. Aunque también obliga a una reflexión sobre uno de los puntos donde quedó corta la reciente reforma judicial: la necesidad de asegurar mecanismos efectivos y eficientes de disciplina y vigilancia de este órgano jurisdiccional.

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2