El incremento en denuncias por pinchazos con agujas en diversos países ha puesto en alerta a las autoridades de México, Reino Unido, Francia y España, evidenciando un fenómeno que, si bien no es exclusivo de una región, comparte características y desafíos similares.
En las últimas semanas, en Ciudad de México, varias jóvenes han reportado haber sido víctimas de pinchazos en el metro, bares y calles, manifestando síntomas como dolor localizado, mareo y pérdida de memoria a corto plazo. Hasta ahora, los exámenes toxicológicos no han confirmado la presencia de sustancias, pero la preocupación por posibles intentos de sumisión química permanece latente. La Fiscalía de la capital ha abierto investigaciones y ha llamado a las víctimas a denunciar formalmente, aunque el miedo y el impacto psicológico también forman parte del problema.
Este fenómeno, conocido internacionalmente como “needle spiking”, no es nuevo ni exclusivo del país latinoamericano. En Reino Unido, las denuncias comenzaron en 2021, principalmente en ciudades como Nottingham, Leeds y Edimburgo, donde jóvenes universitarias relataron ataques con jeringas en ambientes nocturnos. La alarma social llevó al Parlamento británico a realizar audiencias y a que algunos clubes implementaran revisiones corporales y cámaras de vigilancia adicionales.
En Francia, desde 2022, se han registrado más de mil denuncias similares, aunque la mayoría de los casos no arrojaron presencia de drogas en las pruebas. Sin embargo, las autoridades emitieron advertencias y protocolos médicos para atender a las víctimas en hospitales. España también enfrentó una oleada de casos en el verano de ese año en regiones como Cataluña, País Vasco y Andalucía, donde se reforzaron controles en entradas y se incrementó la presencia policial en eventos y locales nocturnos.
Frente a esta problemática, los países afectados han adoptado medidas similares para prevenir y atender a posibles víctimas:
- Revisiones en accesos con detectores de metales portátiles.
- Instalación de puntos de ayuda rápida en locales y espacios públicos.
- Capacitación del personal en la detección de signos de sumisión química.
- Campañas informativas en redes sociales, folletos y señalización para orientar a la población sobre qué hacer en caso de sospecha de pinchazo.
Expertos recomiendan estar atentos a síntomas como mareo, visión borrosa o confusión tras una situación sospechosa. Es crucial acudir de inmediato a un centro médico para realizar exámenes toxicológicos en las primeras horas, además de mantener precauciones básicas: no aceptar bebidas de desconocidos, vigilar la ingesta y no dejar los vasos sin supervisión.
El fenómeno de los pinchazos con agujas continúa siendo objeto de estudio y vigilancia internacional, evidenciando la necesidad de coordinación y acciones preventivas para garantizar la seguridad en espacios públicos y nocturnos.
