El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, recibió este martes el alta médica y abandonó el hospital privado King Edward VII, en el centro de Londres, tras haber permanecido ingresado durante veintiocho días.
Según pudo constatar una periodista de Efe en el lugar, el duque de Edimburgo, de 99 años, abandonó en un coche privado -un BMW negro- el centro hospitalario, después de que decenas de agentes de Policía bloqueasen las calles adyacentes para preparar la salida del convoy en el que viaja el consorte de la reina.