Por: Yuri Guzmán
Cada tercer domingo de junio, México celebra el Día del Padre, una festividad que busca honrar y reconocer la labor, dedicación y amor de los padres en la crianza y formación de sus hijos. Sin embargo, si bien esta fecha ha cobrado relevancia social y comercial, es importante analizar varias aristas que permiten comprender su verdadero impacto y significado en la sociedad mexicana.
El Día del Padre se celebra en más de 120 países, incluyendo México, donde la tradición adquirió fuerza en la década de 1950. En México, las ventas relacionadas con esta celebración alcanzan cifras considerables. Según datos de la Cámara de Comercio de México, en 2022 se invirtieron aproximadamente 8 mil 500 millones de pesos en regalos, comidas y actividades relacionadas con esta festividad. Aunque esta inversión es significativa, suele ser menor en comparación con lo que se destina al Día de la Madre, cuya inversión en 2022 superó los 22 mil millones de pesos. Esto refleja, en parte, la percepción social que aún asigna mayor valor y prioridad a la figura materna, aunque ello no implica que los padres sean menos importantes.
¿Es menor la importancia del Día del Padre?
La comparación entre ambos días revela una tendencia cultural en la que la figura materna suele ser considerada más central en la familia y en la sociedad. Sin embargo, esta percepción no debe generalizarse. Los padres desempeñan roles fundamentales: proveen, protegen, enseñan y acompañan a sus hijos en el crecimiento. La responsabilidad paternal ha evolucionado, y en muchas familias mexicanas, los padres son quienes asumen tareas domésticas, académicas y emocionales. La importancia de ambos roles es complementaria y no competitiva.
Vayamos ahora a los datos demográficos y veamos la realidad de las familias en México… el país cuenta con aproximadamente 126 millones de habitantes, de los cuales se estima que hay cerca de 30 millones de padres. En Jalisco, la cifra de padres alcanza aproximadamente los 4 millones, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). De estos, se calcula que alrededor del 10% son padres solteros, es decir, unos 300 mil en todo el país y aproximadamente 40 mil en Jalisco. La figura del padre soltero ha ido en aumento debido a cambios sociales, divorcios y separaciones.
No obstante, la realidad de muchos padres en México enfrenta obstáculos. Existen registros de violencia familiar y de género que afectan tanto a madres como a padres. Aunque los casos de violencia de mujeres hacia hombres son menos reportados, también existen, y en algunas ocasiones, los padres han sido víctimas de agresiones físicas, psicológicas o incluso de violencia patrimonial. La justicia y la protección deben ser iguales para todos, sin importar el género. La empatía y el respeto mutuo son fundamentales para construir relaciones familiares sanas.
Debemos dirigirnos a una visión equitativa. Es fundamental entender que la valoración del rol paterno no debe compararse ni disminuirse en favor de la figura materna. Cada uno cumple funciones distintas pero igualmente esenciales en el desarrollo de los hijos. Reconocer y valorar la diversidad de estructuras familiares y roles contribuye a una sociedad más justa y equitativa. Los padres luchadores, responsables y amorosos merecen el mismo reconocimiento y respeto que las madres en su día.
En conclusión, el Día del Padre es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de ambos roles en la familia y la sociedad. No se trata de una competencia, sino de una celebración de la diversidad familiar y de los esfuerzos de quienes, en su papel de padres, trabajan día a día por el bienestar de sus hijos. La igualdad, el respeto y el reconocimiento deben ser la base de una sociedad que valore y apoye a todos sus miembros, independientemente de su género o situación familiar.
