Los pacientes que quieran pagar menos por una crema o un ungüento recetados para aliviar enfermedades
inflamatorias, como la psoriasis, deberían consultar a un médico de atención primaria en lugar de a un especialista, según sugiere un estudio de Estados Unidos.
Eso es porque los dermatólogos y otros especialistas son tres veces más propensos que los médicos de atención primaria a recetar versiones de marcas de productos conocidos como inmunomoduladores de uso tópico, que incluyen corticoesteroides,inhibidores de la calcineurina y análogos de la vitamina D.
Una receta de un producto de marca para 30 días costaba unos 174 dólares más y unos 27 dólares más de bolsillo que las alternativas genéricas, según demuestra el análisis de los registros de Medicare.
«Asumiríamos que los dermatólogos están tratando enfermedades con mayor cobertura y que demandan una mayor cantidad de producto, pero esa información no estuvo disponible en la base de datos», dijo el autor principal, doctor Benjamin mKaffenberger, del Centro Médico de Ohio State University, Columbus.
«Esos datos no están relacionados con los resultados o los diagnósticos. Es posible que los resultados justifiquen los costos adicionales en el estudio si, por ejemplo, reciben el tratamiento adecuado y que no necesiten volver a consultar», agregó.
El equipo analizó los datos sobre las recetas cubiertas con el beneficio de la Parte D de Medicare en 2008 y 2010. Los costos de 2008 se ajustaron de acuerdo con la inflación para obtener los valores de 2010.
El costo total ajustado por inflación de todos los inmunomoduladores de uso tópico fue de 232 millones de dólares en 2008 y de 252 millones de dólares en 2010, según publica el equipo en Journal of the American Academy of Dermatology.
El costo total promedio para cubrir 30 días de tratamiento fue de 56,2 dólares en 2008 y 51,9 dólares en 2010.
Los autores también analizaron las recetas de dermatólogos, médicos de familia, internistas, psiquiatras y neurólogos.
Más allá de la «potencia» de los medicamentos, las recetas eran más costosas cuando los pacientes consultaban a un dermatólogo que cuando iban a otros especialistas.
Los costos de bolsillo para cubrir 30 días de tratamiento con un producto que había recetado un dermatólogo eran 13-14 dólares más altos que con una indicación de un médico de familia o un internista, y eran 23 dólares más altos que con la receta de un psiquiatra o un neurólogo.
A diferencia de los médicos de familia o los internistas, los dermatólogo recetan medicamentos que cuestan unos 30-32 millones de dólares más por año, o 25-27 millones de dólares más cuando se trata de productos con la misma «potencia». Esto sugiere que se podría ahorrar hasta el 11 por ciento de los costos totales
si las recetas son de médicos de familia o internistas, según concluye el equipo.
