El fracaso al tratar de reconstruir Afganistán democráticamente tras 20 años de presencia militar de la OTAN deja a los aliados muy tocados como proveedores de seguridad frente a la pujanza de China o Rusia.
Hace solo dos meses, los líderes aliados reunidos en una cumbre en Bruselas abordaban la retirada de Afganistán, tras 20 años de presencia militar en el país asiático a raíz de los atentados de Al Qaeda en territorio estadounidense, como un asunto más de una agenda en la que destacaban los planes de modernización de la Alianza.