En la víspera de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio, el nuevo Estadio Olímpico se encuentra blindado al tráfico y al público, pero muchos japoneses aprovecharon la jornada festiva para vivir, a su manera, esta celebración.
Las vallas separan a la ciudadanía de las fuerzas de Autodefensa (ejército) y los policías, pero eso no impidió que decenas de nipones se desplazaran con buen ánimo a las inmediaciones de las instalaciones para prepararse para la inminente inauguración del evento, ensombrecido por la pandemia de covid-19.