Nueva York, la ciudad que nunca duerme, vuelve a ser escenario de una controversia que no pasa desapercibida en el mundo del deporte. Durante el US Open 2025, el olor a marihuana se ha convertido en una presencia constante y molesta para muchos de los mejores tenistas del torneo, incluyendo a Novak Djokovic, quien no dudó en expresar su incomodidad públicamente.
El serbio afirmó en rueda de prensa: “No soy un gran fan de ese olor, más bien de ese hedor. Pero aquí es legal, y de algún modo tenemos que aceptarlo como es”. Además, comentó que el aroma se percibe en todas partes, desde los entrenamientos hasta los partidos, reflejando una realidad que parece difícil de ignorar en la Gran Manzana.
Nueva York, conocida por su cultura liberal, permite el consumo de marihuana desde marzo de 2021 para mayores de 21 años. Sin embargo, esta permisividad ha generado debates y molestias en ámbitos que antes estaban alejados de esta problemática, como el deporte. Los tenistas, acostumbrados a concentrarse en sus partidos, se ven ahora rodeados por un ambiente impregnado del olor a hierba, que algunos consideran más tolerable que otros olores típicos de la ciudad, pero que para otros resulta una distracción incómoda.
Casper Ruud fue uno de los primeros en manifestar su frustración, vinculando el olor a marihuana con un rendimiento deportivo afectado. “Es bien molesto estar jugando, cansado, y solo a pocos metros de ti ver a alguien fumando marihuana. No podremos hacer nada hasta que cambie la ley, y tengo grandes dudas de que eso vaya a pasar”, declaró a una radio noruega. Otros tenistas como Nick Kyrgios, Alexander Zverev y Maria Sakari también han expresado su descontento en años anteriores, señalando que el humo y el olor dificultan la concentración en un escenario que debería ser de competencia pura.
Aunque la marihuana es legal en Nueva York para mayores de 21 años, su consumo en espacios públicos y en eventos deportivos sigue generando controversia. La ciudad, con su carácter abierto y permisivo, enfrenta ahora el reto de equilibrar la legalidad con la comodidad y concentración de los deportistas en uno de sus eventos más emblemáticos.
¿Será posible encontrar una solución que respete las leyes y también garantice un ambiente propicio para el deporte? Solo el tiempo y las decisiones de las autoridades podrán responder a esta incógnita en la siempre dinámica y polémica Nueva York.