Un reciente estudio internacional revela que el acoso laboral no solo impacta negativamente en la salud mental y física de los trabajadores, sino que también afecta su calidad de sueño y puede repercutir en el descanso de sus parejas. Investigadores de la Universidad de East Anglia, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Sevilla han documentado estos hallazgos en el Journal of Interpersonal Violence, aportando nuevas evidencias sobre las consecuencias del acoso en el entorno laboral.
Los científicos han identificado una serie de efectos adversos del acoso laboral, que incluyen dificultades para conciliar el sueño, despertarse demasiado temprano y una insatisfacción general con la calidad del sueño. Estos problemas se ven exacerbados por la «rumia de la ira», un fenómeno que se refiere a la tendencia a pensar de manera repetitiva sobre situaciones estresantes, como el acoso en el trabajo.
El estudio muestra que la relación entre el acoso laboral y los problemas de sueño se intensifica con el tiempo. A medida que el individuo enfrenta el acoso, se incrementan las dificultades para dormir, lo que puede generar un ciclo de estrés que afecta tanto al trabajador como a su pareja. Los investigadores han encontrado evidencia de que los síntomas de insomnio pueden ser «contagiosos», sugiriendo que el bienestar del sueño de un individuo está estrechamente vinculado al de su pareja.
La profesora Ana Sanz-Vergel, autora principal del estudio, enfatiza que los efectos del acoso laboral son acumulativos y van más allá del ámbito individual, afectando la dinámica de las relaciones personales. A pesar de la creciente preocupación por el acoso laboral, el conocimiento sobre su impacto en el sueño sigue siendo limitado, lo que resalta la importancia de abordar este problema de manera integral.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación llevó a cabo dos estudios. En el primero, se realizó un seguimiento de 147 empleados durante cinco días. En el segundo, se analizaron 139 parejas a lo largo de un periodo de dos meses. Los participantes informaron sobre su exposición al acoso laboral y los síntomas de insomnio, lo que permitió a los investigadores establecer la conexión entre estos factores.
Los autores del estudio recomiendan que se implementen intervenciones para mitigar el acoso laboral tanto a nivel organizacional como individual. A nivel organizativo, es esencial reducir los factores de estrés y promover un entorno saludable. A nivel individual, se sugiere el desarrollo de habilidades para manejar de manera más efectiva las situaciones estresantes.
En conclusión, el acoso laboral representa un desafío no solo para la salud del trabajador, sino también para su vida personal y de pareja, lo que subraya la necesidad de un enfoque multidimensional en la lucha contra esta problemática.
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