El pasado 22 de junio, la Oficina del Sheriff del Condado de Jefferson en Idaho, recibió el reporte de la desaparición de los adolescentes, Allen Larand Fischer, de 13 años, y Rachelle Leray Fischer, de 15, originarios de Monteview.
Ambos menores fueron vistos por última vez en su localidad de residencia y se sospecha que intentaron regresar a Trenton, Utah, donde habían vivido previamente junto a su familia vinculada anteriormente a la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (FLDS). Se alertó que podrían desplazarse en un sedán gris marca Honda o Hyundai con placas de Utah.
La investigación inicial de la Oficina del Sheriff estableció que los menores podrían haber dejado voluntariamente Monteview. Sin embargo, es posible que hayan sido manipulados por miembros de la FLDS para volver y que estas personas hayan proporcionado los recursos a los niños para regresar a la Iglesia. La descripción física y la identificación de los menores fueron difundidas de inmediato: Allen mide aproximadamente 1,75 metros, pesa 61 kilogramos, tiene cabello rubio y ojos azules; Rachelle mide 1,65 metros, pesa 61 kilogramos, con cabello castaño y ojos azules.
La madre de los adolescentes, quien anteriormente fue parte de la FLDS y posteriormente perdió contacto con sus hijos tras ser exiliada de la congregación, recobró la custodia y llevó a su familia a Monteview.
Jennifer Fullmer, portavoz de la oficina del sheriff, precisó que la madre expresó temor de que los menores quisieran regresar a la comunidad FLDS y que la situación habría sido facilitada por miembros de la misma iglesia: “No hay autobuses, no hay trenes. Está en medio del desierto. La creencia de la madre es que alguien de la FLDS los recogió”.
La búsqueda terrestre de Allen y Rachelle se extendió durante diez días y contó con el apoyo de la Uvalde Foundation For Kids, organización que encabezó la coordinación de un grupo de 48 voluntarios. La fundación informó el 3 de julio, mediante conferencia y comunicado, que la labor de búsqueda cubrió más de mil 600 kilómetros a través de Idaho, Utah, Colorado y Arizona sin resultados concluyentes respecto al paradero de los adolescentes.
Daniel Chapin, fundador y director nacional de la fundación, declaró desde Temple, Texas, que se concluyó el operativo terrestre gracias a información reciente recibida, que implica que los jóvenes ya no se estarían trasladando entre estados sino que se encuentran ocultos en una sola ubicación bajo la protección de miembros de la FLDS. Chapin señaló: “No creemos que estén siendo transportados a ningún sitio en este momento. Continuaremos con la investigación y seguiremos todas las pistas. No vamos a renunciar a estos niños”.
A pesar del cese de la búsqueda en terreno, la fundación mantiene activa la investigación en colaboración con las autoridades locales y estatales. Chapin agradeció el esfuerzo conjunto del equipo de voluntarios, así como la cooperación de la policía del Condado de Jefferson y otras agencias involucradas, entre ellas la oficina del sheriff del Condado de Coconino en Arizona.
El día posterior al reporte de la desaparición, la Oficina del Sheriff del Condado de Jefferson activó una Alerta Amber tras conocer que una “revelación” de 2022 atribuida a Warren Jeffs, líder de la FLDS, instruía reunir a niños para “la edificación de Sion” en vistas a que “puedan morir y convertirse en seres puros y traducidos”, según explicó la portavoz Fullmer. Las fuerzas de seguridad incrementaron su grado de alerta ante el contenido de este mensaje, temiendo por la seguridad y el bienestar de Allen y Rachelle.
La FLDS es una organización identificada como una secta polígama cuyo autodenominado profeta es Warren Jeffs, condenado en 2011 por abuso sexual infantil y sentenciado a cadena perpetua. La familia Fischer enfrenta desde hace más de un año una situación similar: la hermana de los adolescentes, Elintra Dee Fischer, de 18 años, fue declarada desaparecida el 1 de enero de 2023 y hasta el momento no ha sido ubicada.