La reciente designación de Hugo López-Gatell como representante de México ante los Organismos Internacionales en Suiza ha suscitado diversas reacciones en el ámbito político y mediático. La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, expresó públicamente su respaldo al funcionario, asegurando que realizará un «excelente trabajo» en su nuevo encargo y rechazando las críticas que ha recibido en los últimos meses.
Sheinbaum destacó la trayectoria profesional de López-Gatell y confió en su capacidad para desempeñarse adecuadamente en las funciones asignadas, que incluyen la representación de México en instituciones internacionales en Ginebra, particularmente en organismos vinculados a la salud, como la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mandataria afirmó que, a diferencia de las interpretaciones que lo han señalado por diferencias políticas o por su gestión durante la pandemia, la designación refleja la confianza en su experiencia y conocimientos.
Por otra parte, algunos analistas y actores políticos han señalado que las críticas hacia López-Gatell no son nuevas y que, en ocasiones, responden a diferencias ideológicas o a una percepción de politización en las decisiones relacionadas con la salud pública. En este contexto, se ha puntualizado que la representación mexicana en Ginebra comprende diversas instituciones y no se limita exclusivamente a la OMS, aunque en la práctica, el cargo tiene una estrecha relación con dicha organización internacional.
Hasta el momento, no existen indicios de que esta designación haya generado un cambio sustancial en las relaciones diplomáticas o en la gestión de la representación mexicana ante los organismos internacionales en Suiza. La atención se centra ahora en cómo López-Gatell desarrollará su papel en un escenario que demanda experiencia y colaboración internacional, frente a las críticas y expectativas que rodean su gestión.