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Desazolve #VIENTOdeGUERRA

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Por: Salvador Cosío Gaona

El patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política llamado Donald Trump, quien para desgracia del mundo es desde el pasado 20 de enero de 2017 el Presidente de Los Estados Unidos de América, sigue buscando cómo causar estropicios con el pretexto de apoyar a la economía de su país y ahora amenaza con fijar aranceles en relajación a los automóviles de fabricación europea y esto es simplemente la respuesta a la tibia réplica que la Unión Europea recién efectuó al advertir que habría represalias comerciales por el anuncio del gobierno del vecino país del norte en cuanto a los nuevos aranceles al acero que exporta al mercado estadounidense.

El nuevo desafío del payaso lenguaraz se hizo mediante su cuenta de Twitter, y el mensaje es : “Si la UE quiere aumentar aún más sus aranceles y barreras sobre las empresas estadounidenses, simplemente aplicaremos un impuesto sobre sus coches que llegan libremente a EE UU. Hacen imposible que nuestros coches y otros productos, se puedan vender allí. ¡Gran desequilibrio comercial!”, esa fue la nueva amenaza del aprendiz de estadista, quien también insistió en su discurso proteccionista al decir : “América (Estados Unidos de América) tiene un déficit comercial anual de 800,000 millones de dólares por nuestros estúpidos acuerdos y políticas. Nuestros trabajos y riqueza están siendo entregados a países que se han aprovechado de nosotros durante años. Se ríen de lo tontos que nuestros líderes han sido. ¡Nunca más!”, y su
lenguaje ha penetrado hondo en el terreno de la guerra comercial a la que Trump invocó con ligereza, quedando por verse si también ahondan en la guerra mercantil internacional las autoridades de las grandes economías europeas. Lo cierto es que este enésimo discurso agresivo hacia Europa Unida del tal Trump ha sembrado el pánico en Canadá y México, los socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que está en plena renegociación y caminando por escabroso camino.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se expresó de forma combativa y, aunque sin amenazas directas, alertó de que nada que considere una afrenta comercial saldrá gratis a Los Estados Unidos, al tiempo que denostó las nuevas tarifas y tildó de “absolutamente inaceptables” en tanto aseguró que causarán “daños significativos” a ambos lados de las fronteras y espetó : “Por eso le estamos recalcando a la Administración estadounidense la naturaleza inaceptable de estas propuestas que van a perjudicarles a ellos tanto como a nosotros”.

Hay que recordar que recientemente el gobierno de Los Estados Unidos a cargo del tal Trump, anunció la introducción de unos nuevos aranceles del 25% sobre el acero y del 10% sobre el aluminio y aunque los detalles de las tarifas se harán públicos hasta la próxima semana, no parece que vaya a haber países exentos, lo que pone a Canadá en problemas ya que ese país es el mayor proveedor de acero y aluminio para el vecino país al norte del nuestro. México es el cuarto mayor exportador de acero a la primera potencia mundial, tras la propia Canadá, Brasil y Corea del Sur. Más allá de los nuevos aranceles, lo que más siembra inquietud entre los gobiernos y el sector empresarial en México y Canadá y es el discurso agreste que los acompaña, ya que en paralelo a los continuos ataques del tal Trump está en curso la séptima ronda de renegociación del TLCAN, y este nuevo episodio genera más turbulencia, sumándose a los efectos negativos de la reciente discusión telefónica que Trump y el presidente de México Enrique Peña Nieto, tuvieron hace unos días y que llevó a cancelar los planes de un próximo encuentro entre ambos en Washington que ya estaba casi concertado.

Hay desencanto en los tres países por el avance lento y poco fructífero en las conversaciones para la actualización del mayor acuerdo comercial del planeta, la séptima ronda estaba señalada como aquella en la que los tres países debían acercar posturas si querían cerrar un acuerdo preliminar dentro de un mes, en la cumbre de Washington y de no alcanzar ese pacto en la capital estadounidense, el margen para alcanzar un acuerdo antes de las elecciones presidenciales mexicanas del primero de julio es casi inexistente.

Y la oscuridad en cuanto a la renegociación del TLCAN supone una revisión en cuanto al proteccionismo comercial de los gobiernos, debiéndose señalar que históricamente en las naciones de América Latina el proteccionismo se materializó con la práctica de implementar aranceles a las importaciones, impuestos por los cuales se incentiva a los productores locales a sustituirlas con productos locales y esa fue la marca de los llamados gobiernos populistas del siglo XX, la industrialización y el nacionalismo económico fueron principios casi religiosos de la política económica de casi todos los paises de la región latinoamericana, coincidiendo en ello a pesar de las muy diversas ideologías políticas.

En este contexto y como algo a analizar en cuanto a los estigmas hacia los gobiernos de países latinoamericanos y la comparación con el tal Donald Trump, a quien muchas veces se le ha considerado populista y también partidario del nacionalismo económico. El caso es que Trump recientemente anunció la implementación de nuevos aranceles a las importaciones de acero y aluminio, de 25 y 10% respectivamente, lo que se dice fue provocado por un informe del Departamento de Comercio del gobierno que encabeza, ya que se presume dicho informe sostiene que la débil evolución local de ambos sectores en su país representa una amenaza a la seguridad nacional de la nación vecina al norte; la decisión es problemática y en varios sentidos, en lo inmediato, penaliza el consumo y el empleo, compañías instaladas en territorio de Los Estados Unidos incrementarán sus precios convergiendo hacia el nivel de los aranceles, habrá una reducción de la demanda de todos los bienes que tienen al acero como importante insumo con sus concomitantes efectos en el mercado laboral, debiendo advertirse que las plazas de empleo en las compañías que producen acero representan el 2% de los empleos en las firmas que usan acero.

El caso ilustra que el nacionalismo de corto plazo es frecuentemente contradictorio con el de largo plazo. Debe agregarse a ello un riesgo adicional: el de las guerras comerciales, las cuales son buenas, según Trump más en realidad no lo son. Es de afirmar que las potenciales represalias por beneficiar a un sector no-competitivo, podrían dañar a una cantidad de otros sectores productivos que sí son competitivos.

Los principales proveedores de acero hacia el vecino país del norte son Canadá con 16%, Brasil con 13%, Corea del Sur con 10% y México con 9% y esta decisión impositiva de Trump hacia la importación de acero a su país pinta fuertes nubarrones en el horizonte.

La economía de Los Estados Unidos es hoy robusta, pero el proteccionismo combinado con el programa de recortes tributarios que impulsó el tal Trump reproducirá los típicos ciclos de auge y caída de los sectores empresariales.
Habrá un incremento en el financiamiento interno y un déficit presupuestal más acentuado y para ello habrá de requerirse mayor endeudamiento público, lo que sin duda incidirá severamente en una economía de por sí fuertemente endeudada, impulsando un aumento en las tasas de interés en el mediano plazo, como una presión adicional ahora agregada a la que existe por la tendencia alcista ya existente.

El escenario comercial evoca aquel de la Gran Depresión, recordando que en esa época el clima proteccionista imperante fue en gran parte responsable de la crisis y en Los Estados Unidos se había legislado entonces sobre el tema de aranceles, debiendo recordarse que en 1922 se elevó el proteccionismo llevándolo hasta 40% en promedio y en 1930 se elevó en otro 20%, dando como resultado que el proteccionismo precipitó represalias, profundizando la recesión de 1929. El comercio mundial se contrajo en dos tercios, propiciando el extremismo político de los treinta y la hostilidad y al final de esa década, la guerra pasó de ser solo comercial a armamentista.

Y el escenario de guerra vuelve a surgir debiéndose recordar que a inicios de febrero pasado el Departamento de Defensa de Los Estados Unidos de América modificó los protocolos sobre armas nucleares, dándosele ahora mayor importancia al arsenal nuclear en la defensa del país y autorizando su uso aun contra enemigos que no posean ese tipo de armamento. Pero el gobierno de la potencia antagónica respondió con firmeza, pues el Lider Ruso Vladimir Putin replicó con un video que recreaba una simulación de un ataque feroz al territorio de Los Estados Unidos de América y se advierte la existencia de un nuevo misil, llamado Avangard, que supuestamente posee capacidad nuclear y alcance ilimitado, además de tildarlo como “indestructible”, lo cual debe ser motivo de alerta en virtud que Rusia posee el potencial nuclear más importante del orbe.

El Proteccionismo en aumento, asi como el acendramiento de la intransigencia política y el incremento de hostilidad entre potencias, genera un ambiente de alta tensión que recuerda aquel de los trágicos años treinta y a ello hay que agregar que no hay una gran fortaleza en el pacto mundial y existe debilidad en las organizaciones multinacionales como la Organización de Las Naciones Unidas (ONU), de ahí que sea posible afirmar, sin riesgo de parecer tremendista, que el conjunto de circunstancias hacen advertir vientos de guerra, la que algunos mesiánicos desean ya que es sin duda un gran negocio de unos cuantos a costa del resto que definitivamente no la deseamos, más no se conjugan las acciones necesarias para cambiar el oscuro panorama.

@salvadorcosio1
‪opinió[email protected]

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