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Desazolve #ULTRASyTORPES

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Por: Salvador Cosio Gaona

José Fouché fue uno de los hombres más poderosos de su época, pero tildado de dictador y hambriento, abusivo, perverso inmoral, convenenciero y manipulador, agraciado con una extraordinaria destreza para la intriga y la traición en el momento oportuno.

Originario de Le Pellerin, poblado cercano a la ciudad de Nantes, en Francia, donde nació el 21 de mayo de 1759, pasó de ser un escueto profesor de matemáticas y física de un seminario, que por años vivió en severa austeridad, a un hombre muy acaudalado en 1798. En 1808 ya era Duque de Otranto y el más importante e influyente Ministro de Napoleón. Murió en diciembre de 1820 en Trieste, ciudad que en esa época era parte de Austria.

A través de la historia, Fouché ha sido recordado cada vez que surge algún gobernante al que se le atribuye tal incapacidad como para ser dominado por un poderoso controlador que le manipula por su corta inteligencia y proclividad a ser fácilmente influenciado, señalándose cómo ‘un Fouché’, a ese o esos personajes que ejercen el poder tras el trono o la silla del mandatario a quien dominan y manipulan.

Steve Bannon es señalado como ‘el Fouché’ del actual mandatario de Los Estados Unidos de América, ya que es el cerebro y vocero principal del patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política y ahora fascistoide dictador llamado Donald Trump, quien para desgracia del mundo es el Presidente de Los Estados Unidos de América, el padre de la fuerza oscura del pensamiento ultra radical, mega conservador y altamente imperialista autoritario y ‘primicionista’ que sustenta el discurso tremendista del payaso lenguaraz, ese quien resulta ser tan solo un simple aprendiz de político que se limita a obedecer las premisas fundamentales del discurso vomitivo que le dicta el tal Bannon, su gran gurú de la rancia doctrina totalitaria que, más que su alter ego, es quien a manera de mente maestra controla al ingenuo y locuaz mandatario, moviéndolo cual títere manejado por su titiritero.

En un panel del evento denominado ‘Conferencia de Acción Política Conservadora’ conocida como CPAC, por las siglas del nombre en inglés: ‘Conservative Political Action Conference’ llevado recientemente a cabo en los suburbios de la ciudad de Washington, siendo figura principal en el foro y llevando como alegorista y utilero al Jefe de Gabinete de la Presidencia del vecino país del norte, el ex dirigente del Partido Republicano Reince Priebus, ese tal Bannon, quien ocasionalmente habla en actos públicos, dejó claro porqué es cierto el señalamiento de ser la figura clave en el pensamiento que deviene en las atrabiliarias posturas del tal Trump. Exteriorizó que la administración que encabeza el magnate aprendiz de político está focalizada en la seguridad, el populismo económico y en deconstruir el estado intervencionista.
Bannon señaló en su discurso a los medios de comunicación, de los que dijo son «medios globales y corporativos», mismos que culpó de afectar a la calificada e incomprendida agenda económica del gobierno de Trump, atacándolos de nueva cuenta (como si fuera hecho por él y por el propio Jefe de Estado), etiquetándolos como rivales refractarios del gobierno, acendrando el conflicto entre los agentes instituidos de comunicación social y el régimen que dirige su pupilo el Presidente.

En concordancia con su esquema extremista repleto de arrogancia y protagonismo propio de los neo empoderados, Bannon reclama al patriotismo económico y enuncia el discurso del miedo en su primera aparición en un acto público, tras la investidura presidencial del actual mandatario a quien tutela y dirige, y con frases típicas del populista adoctrinante como: «el nuevo orden necesita patriotas», «Donald Trump ha vencido, pero no se puede bajar la guardia. Es la hora del combate».

El Estratega en Jefe de la Casa Blanca, requirió a los republicanos a trabajar esforzadamente en apoyo a Trump, con el fin de: “desmontar el sistema que tiene a América hundida y construir una Nación nuevamente fuerte y poderosa que sea respetada totalmente por todo el mundo».

Bannon emitió sus argumentos y demarcó la figura de Trump como de un superhombre que se anticipa a todo, que no para, que trabaja ardua y sacrificadamente por su pueblo y cumple, levantándolo aún más cuando expresó: «Necesitamos a alguien real y genuino como él”, y es así como este nuevo ‘fouché’ se mostró victorioso ante su público ultraconservador pro fascista. Y también así, es como este antiguo oficial de la Marina, que pasó a banquero de Goldman Sachs y provocador mediático de la ultraderecha, esbozó como objetivo del gobierno de Trump, la “desconstrucción” del actual sistema de gobierno, ese al que llamó arcaico y nocivo y que se necesita modificar; así fue como este personaje ex director del ‘portal periodístico’ de ultraderecha, llamado Breitbart News, recientemente convertido en Comandante en Jefe del gobierno de Trump, levantó la bandera del “patriotismo económico” y amparó una política extrema de seguridad, tanto en inmigración, como defensa, reivindicando el designio de volver a hacer de su país la primera potencia política y económica mundial, añadiendo: “Somos una nación con una economía, no sólo una economía. Somos una nación con una razón de ser”.
Eso justifica la prudencia y el miedo o recelo para tener precaución ante este lóbrego personaje, habiendo en México un gobierno sin liderazgo e incapacidad.

Debilidad gubernamental y partidista

Y hablando de la fragilidad gubernamental en México, sin duda que es poco alentador para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) el escenario político, pues la pésima imagen que tienen tanto el Mandatario como su administración, ha repercutido severamente en el partido, posicionándolo como la tercera fuerza política, lo cual pone en riesgo la permanencia del partido en el poder a partir de la elección federal de 2018, pues será el espacio adecuado para que la sociedad manifieste su descontento hacia el gobierno priista.

El panorama socioeconómico en la recta final del mandato de Peña, tampoco resulta alentador, sobre todo si tomamos en cuenta los altos índices de violencia, la corrupción y la impunidad desmedida, percibida en la mayoría si no es en todas las instituciones públicas, sumándole lansituación de pobreza y condiciones infrahumanas en que vive gran parte de la sociedad mexicana, y a pesar de que todo esto se quiera minimizar por el presidente y su equipo, es inevitable la mala reputación de que goza Enrique Peña y sus colaboradores, pues su administración ha sido señalada en varias ocasiones por tráfico de influencia, abuso de autoridad, mal manejo de recursos públicos, políticas públicas ineficaces e ineficientes para atender el problema de la pobreza extrema, además de la inseguridad reflejada en las diversas manifestaciones de violencia, como la desaparición de personas, secuestros, asesinatos, robos, extorsiones, tráfico de personas y el tan grave problema del narcotráfico, más los tan comentados casos de corrupción que aunque son evidenciados y comprobados, muchas de las veces quedan impunes.

Es por esto, que no es tan fácil hacer otro tipo de publicidad al gobierno en turno, pues los aspectos negativos son muchos y son grandes.

Notablemente, las instituciones carecen de acciones efectivas para enfrentar tales problemas, esta debilidad institucional genera poca certeza sobre la capacidad que posee el Estado para solventar tales situaciones y, por ende, repercute en el sistema jurídico, lo que da pie a un panorama endeble sobre la protección de los derechos humanos.

El acceso a la justicia todavía no es garantizado a la totalidad de la población mexicana, el uso de la fuerza del estado a través de sus dependencias policíacas y militares ha derivado ya en muchas ocasiones en abuso desmedido; igualmente, el despotismo y las arbitrariedades que han salido a luz perpetradas por personas que se dedican al servicio público, es otro malestar que azota a México, así como aquellos contratos que se han suscrito con la finalidad de obtener beneficios personales y que sobrepasan o controlan alevosamente las instancias establecidas para garantizar la transparencia, la rendición de cuentas, la fiscalización. Y es así como cantidades millonarias de pesos han sido desviadas e intrincadas redundando en un altísimo monto del endeudamiento público.

Ausente estado de derecho

Este decaimiento institucional ha propiciado la intromisión de grupos delictivos al interior de los gobiernos, lo que a su vez, permite el aumento en la violencia y por lo tanto, convulsión social y un falto imperio del estado de derecho; debido a esto, se ha enfilado a la nación a un gran precipicio que parece no tener fondo.

Lamentablemente, se percibe, que estos acontecimientos han sido tolerados o avalados por quienes tienen el poder, a tal grado que el propio Enrique Peña Nieto no solo ha manifestado que no entiende por qué tal descontento social, sino que ha mencionado quedar estupefacto y estar decepcionado con la reacción de la sociedad al no aplaudirle en sus actos públicos, y continúa sin aceptar datos de encuestas que indican que más de 93 de cada 100 mexicanos repudian su gestión, como tampoco el haber perdido el respeto y liderazgo en su partido el PRI.

Debilidad partidista

Es evidente que Peña Nieto tiene una muy baja aceptación, la cual ronda alrededor de 6% de los mexicanos y no obstante de que posterior a las frecuentes polémicas entre México y Trump brotó un movimiento nacionalista unido por el desprecio hacia el lenguaraz racista que desgobierna en el vecino país al norte, es preciso diferenciar lo que es una manifestación en pro del país y lo que es el repudio social generado por las decisiones gubernamentales promovidas por el Presidente de México, que además, afronta la sublevación al interior de su partido, así como segmentación y conflictos entre sus más cercanos colaboradores, ya que, resuenan voces de miembros de alto prestigio priistas que pretenden una urgente remoción del gerente en turno de la dirigencia nacional, Enrique Ochoa Reza y votar por un nuevo líder con fuerza suficiente para persuadir a los diversos grupos al seno del priísmo que buscan opciones ante la notable decadencia del gobierno, obviamente apartando al partido del funesto control y malísima imagen del Presidente, con el objetivo de ya no ser hundidos hacia ese abismo.

Derivado del progresivo desconcierto, es que se acrecienta entre los priistas la búsqueda de opciones para excluir a Peña de su esfera en miras de lograr reanimar la institución sin la influencia de la consumida imagen presidencial, solicitando la búsqueda de la postulación de candidatos libres de ese dominio, con los que alcancen a aspirar a una derrota menos dura que les consienta renacer en posteriores elecciones.

Bien conocemos que diversos liderazgos priístas con autoridad e impacto estatal o regional, han desertado del PRI accediendo a tomar candidaturas de alto o mediano nivel de compromiso por otros partidos e incluso, estableciendo operaciones para instituir sus candidaturas independientes a los diversos partidos y con mejores oportunidades de éxito electoral que los que van postulados por el tricolor. Además, es necesario indicar que concurren grupos enérgicos y prestigiosos en el ámbito nacional que está induciendo a un cambio radical al seno del otrora partidazo, incluyendo la ya mencionada destitución de Enrique Ochoa Reza a fin de preparar la llegada de un nuevo dirigente de peso e impulso político, diferente al grupo presidencial y analizando la viabilidad de producir la fortuita candidatura a la Presidencia de la República de un personaje separado de Peña y su equipo, a quienes culpan de haber secuestrado a su partido y ser coautores de la destrucción del mismo y haber negociado el apoyo a posibles abanderados de otras fuerzas políticas a cambio de sinecuras y amparo de beneficios personales o grupales, como por ejemplo el respaldo a Rafael Moreno Valle o Margarita Zavala Gómez del Campo de Calderón.

Al caso preciso de Nayarit, donde el ex Diputado, ex Senador y Ex Alcalde de la capital del Estado Raúl Mejía, que será el abanderado a la Gubernatura por el partido Movimiento Ciudadano (PMC), pueden añadirse en la misma entidad otros hasta ahora militantes del PRI, que resuelvan desistir de ese partido en espera de otras posibilidades electorales o políticas en los ámbitos de los ayuntamientos o el Congreso Local; ese mismo ejemplo puede extenderse en Coahuila y el Estado de México, en cuanto a las elecciones locales a celebrarse el primer domingo de junio de este 2017 y conjuntamente podría ser comienzo de una desbandada mayor de cara a la elección federal y a las diversas locales a efectuarse el primer domingo de junio de 2018.

Todos los sondeos de opinión indican un incremento indeleble de la repulsión hacía la imagen presidencial y el importante aumento de las posibilidades de que a pesar de los malogrados intentos en 2006 y 2012, esta vez la ciudadanía le dé la oportunidad de ser Presidente de La República a Andrés Manuel López Obrador, puesto que al recorrer el país y otras tantas ciudades del vecino país del norte, causa muestras irrefutables de respaldo y apoyo a su aspiración, no exclusivamente de los segmentos populares, sino de liderazgos sociales, académicos, profesionales, sindicales, del sector productivo, minimizándose aquel pasado señalamiento negativo, incluso pudiéndose observar que muchas personalidades que anteriormente estaban visiblemente en contra del líder tabasqueño, en la actualidad lo escuchan, tanto concediéndole el beneficio de la duda, hasta enunciando un posible respaldo y en algunas otras ocasiones manifestando abiertamente su apoyo.

Lo acontecido en el 2005 camino a la elección de 2006, es de cierto modo parecido al actual 2017 rumbo a las votaciones federales del primer domingo de junio de 2018. Sin embargo, posee algunos aspectos que pudieran marcar la diferencia que lograría el triunfo de él y su ahora nuevo partido el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), es decir, la gran oportunidad que una vez más tiene Andrés Manuel López Obrador de volverse el Presidente de la República y gobernar a México de 2018 a 2024, tras las derrotas pasadas en los comicios de 2006 y de 2012.

En 2006 quedó a muy corta distancia de conseguirlo, ya que oficialmente la diferencia fue de alrededor de tan solo 50 mil votos, que según los controversiales conteos, representan el .25%, lo que es igual a un cuarto de punto porcentual; conteo dudoso, pues hay que recordar que según los sondeos de opinión, López Obrador alcanzó incluso arriba de 15 puntos porcentuales de diferencia a su favor, referente a las expectativas de voto, y si bien resulta muy debatible que efectivamente haya ganado Felipe Calderón, la realidad es que, sí hubo al final del proceso comicial de 2006 una merma de apoyo notorio a favor de López Obrador y entre otras cosas, le afectó demasiado el impacto de aquella campaña que se originó en su contra, que además de los otros partidos que eran sus contrincantes como abanderado entonces de la unidad de partidos de izquierda, hicieron para difundir que el tabasqueño era ‘un peligro para México’, que fue lema de ataque y que aunado a sus varios errores personales y grupales, consiguieron desviarlo y dejar a un lado aquello que parecía una victoria contundente, misma que al final controversialmente fue concedida a Felipe Calderón Hinojosa el abanderado del Partido Acción Nacional (PAN), quien recibió el apoyo de muchos priistas que inducidos por diversos dirigentes, resolvieron ‘quemar sus naves’ traicionando al que fue su candidato presidencial Roberto Madrazo Pintado, proporcionándole los votos a Calderón.

Para los comicios de 2012, López Obrador obtuvo una extensa votación a su favor y a pesar que inicio el proceso en tercer lugar, alcanzó a llegar al segundo, separado únicamente por 3 puntos porcentuales aproximadamente del vencedor que fue el PRI y su candidato Enrique Peña Nieto.

Sin embargo, esta situación actualmente resulta muy distinta, pues es notable la gran posibilidad existente para López Obrador, resultando interesantes las concentraciones humanas recientes en Puebla, Tuxtla Gutiérrez, Tlaxcala y Villahermosa, mismas en las que se han aparecido públicamente sobresalientes personalidades tanto de ideología plural, como con muy diversa formación y actividad productiva, y uno que otro políticos priístas que ya están abiertamente sumados a su proyecto, acompañando al líder de MORENA a la firma de un acuerdo sociopolítico por la democracia y desarrollo socioeconómico.
No es de extrañar los agudos ataques y guerra sucia que además de intensificarse, comienzan a surgir aunados a la búsqueda de mecanismos legislativos que para los contrarios a López Obrador pueden detenerlo, como por ejemplo, la segunda vuelta electoral. A pesar de ello, es evidente que la sociedad está dispuesta a dirigir su descontento y practicar su poder no sólo para plasmarlo en las urnas, sino para precisar el rumbo a tomar, con la firme intención de consolidar un mejor destino para el país y para los mexicanos, votando fuerte, libre y dignamente, evitando la rapiña electoral, resguardando sus votos, pero proponiéndose anterior a los comicios, crear estructuras y estrategias útiles para impedir llegar al famoso re conteo ‘votó por voto, casilla por casilla’, y para gestionar una diferencia mayor en la votación con el fin de imposibilitar el robo electoral y el consiguiente fraude, además, con la intención de afianzar el triunfo y que no quepa la menor duda de él.

@salvadorcosio1
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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2