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DESAZOLVE #TASASyCATARRO

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Por: Salvador Cosío Gaona

Se ha dicho mucho que cuando en el vecino país al norte hay un ligero temblor en nuestro país se presenta un terremoto, de ahí que cada vez que se genera algún movimiento Allende el Río Bravo hay o debería haber preocupación en México.

Así las cosas, no se puede ser tan ingenuo como para pensar que los cambios en las políticas financieras ocurridas en nuestro vecino del norte no producen efectos en México.

Y es que en tratándose de asuntos financieros, está el hecho que desde el pasado día 15 de marzo La Reserva Federal de Los Estados Unidos de América (FED), que es un organismo que hace algunas funciones similares a las que realiza el Banco de México (BANXICO), determinó aumentar su tasa de referencia en 25 puntos base, hasta un rango entre 0.75 y 1.0 por ciento.

La FED es el banco central del vecino país del norte y es un organismo público e independiente que es propiedad de los bancos (todos los bancos e instituciones que administran dinero en Estados unidos y están obligados, por ley, a mantener cierta cantidad de dinero en la FED. La tasa de referencia es la tasa de fondo de la reserva, es decir la tasa de interés que se cobran entre sí los bancos por préstamos a un día.

Desde que asumió la Presidencia de Los Estados Unidos de América el patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política y ahora dictador fascistoide llamado Donald Trump, el peso mexicano acumula una ganancia superior al 12 por ciento. Sin embargo, el consenso de analistas piensa que esta recuperación podría ser fugaz, ya que según las previsiones de la mayoría de analistas e instituciones financieras, el peso podría debilitarse un 5.4 por ciento para finales de junio, siendo por ejemplo este el peor pronóstico para una moneda de entre las 43 que son motivo de seguimiento por Bloomberg.

Además del impacto que sin duda tendrá sobre las tasas en México, encareciendo el crédito, las previsiones de los analistas financieros contrastan con la confianza que sobre el futuro del peso mexicano han expresado funcionarios tanto de México como estadounidenses, que habían empezado a augurar que el tal Trump no procurará una revisión fundamental en cuanto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ya que los expertos del ámbito privado son más pesimistas y están centrados en visualizar el riesgo de una mayor caída de la moneda mexicana ligado al posible anuncio que el gobierno de Trump pueda hacer en cuanto a establecer importantes restricciones a las exportaciones y otras medidas restrictivas que desalienten las inversiones en México.

Hay factores que de suscitarse, podrían presionar a la moneda mexicana y hacerle caer, como el caso que ocurriere la victoria de la candidata presidencial de extrema derecha en Francia llamada Marine Le Pen, considerándose por expertos que eso propiciaría una rápida depreciación del peso hasta llegar a colocar al dólar norteamericano a más de 22 pesos por unidad de la divisa norteamericana.

La tasa de fondeo, es la tasa de interés a través de la cual los bancos pueden pedir préstamos a la reserva federal, por lo que “al moverse esta tasa de intereses se mueve otra tasa en la economía de manera paulatina, aunque en algunos casos pueden pasar algunos años antes de que se manifieste el cambio, como es en el caso de las hipotecas. En el caso de los bancos, se mueven las tasas de interés que se utilizan para pagar los depósitos, como para sus préstamos.

Cuando la economía de un país está pasando por un mal momento, la tasa se reduce con la esperanza de estimular las inversiones, las compras y la economía en general; pero cuando la economía se empieza a recuperar, incrementa la tasa para que los préstamos sean más caros y que los precios no se incrementen demasiado.

El nivel de la tasa de interés marca el ritmo de consumo por parte de los consumidores y de la inversión por parte de las empresas. Cuando existe una tasa de interés baja los consumidores compran más porque los intereses que pagan por comprar autos, casas o cualquier otra cosa a crédito son bajos. En el caso de las empresas, también suelen pedir más dinero prestado para proyectos de inversión, porque el crédito que piden tiene un bajo costo.

Cuando la tasa de la reserva federal sube, los bancos pagan más por tener dinero, luego entonces tienen que cobrarle ese incremento a sus clientes y la manera de hacerlo es subiendo las tasas de interés de las compras a crédito y de los préstamos. En el caso de las hipotecas el efecto tarda varios años, porque los contratos son a largo plazo.

La FED basa su decisión fundamentalmente en dos variables: el mercado laboral y la inflación, de ahí que en la medida en que el mercado laboral, se ve mejor, se abre un espacio para aumentar tasas: porque un mercado laboral que tiene una tasa de desempleo muy baja se ve reflejado en mayores salarios. En el caso del mercado laboral, la reserva mide la tasa de desempleo, el crecimiento de la economía y la creación de puestos de trabajo. En el caso de la inflación, analizan el crecimiento económico, los precios al consumidor o sea el precio que pagan las personas por bienes y servicios y los precios al productor, específicamente el precio que pagan los empresarios por bienes y servicios necesarios para que funcione su empresa.

Al ser México una economía muy ligada a la del vecino país del norte, tanto en términos comerciales como financieros, un incremento en el fondeo afecta a muchos agentes del sistema financiero en nuestro país, citando como ejemplo a las empresas que estén pidiendo prestado en dólares y que por lo tanto ven incrementado su costo de fondeo y lo cierto es que tanto el gobierno, como las empresas y algunos agentes financieros, serán afectados al incrementarse su costo de fondeo más también puede ocurrir cuando la reserva federal está pagando tasas mayores a las que paga actualmente México que son del orden del 6.25% es factible pudiera haber movimiento de recursos de México hacia Los Estados Unidos de América, lo cual se puede ver reflejado en una depreciación en el tipo de cambio y por lo tanto el Banco de México (BANXICO) tendría que subir también las tasas en el país a fin de tratar de evitar mayor depreciación de nuestra moneda.

Así pues, quien piense que hay buen reflejo o al menos ningún impacto negativo para México en relación al alza de tasas de la FED, deberá ser prudente y evaluar que nuestra economía es tan débil y además demasiado dependiente de la de otros países y regiones del orbe, especialmente de la del vecino del norte, que todo movimiento causa sobresaltos, siendo preocupante que a los funcionarios del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto responsables de las cuestiones económicas y financieras, encabezados por el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) José Antonio Meade Kuribreña, les gane el optimismo y no estén preparando al país para las eventualidades que puedan afectar más aún la economía nacional y en especial a las familias mexicanas más vulnerables, por más que todo impacto desequilibrante nos afecta a todos los mexicanos.

Además de los errores y falta de capacidad para enfrentar circunstancias complejas, lo que más daña a México es la indolencia de algunos gobernantes.

Como se ha dicho antes, no debe ser motivo de gran alegoría el que nuestra moneda tenga ligera apreciación y esté llegando a la franja de los 19.65 unidades por cada dólar de Los Estados Unidos de América, ya que no existe la consistencia suficiente en la moneda ni en la economía misma y esos repuntes ligeros son simplemente circunstanciales, de ahí que es necesario sugerir prudencia y que mejor se aboque el gobierno federal que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto a procurar acciones que en realidad sean de posible utilidad para amainar la crisis socioeconómica y tiendan a empezar a tocar piso para posiblemente reemprender la ruta hacia un crecimiento económico mínimo, que genere base para que sobre ella puedan sentarse pilares que permitan la posible reconstrucción de la mucho muy alicaída situación económica nacional y por ende, la de las familias y el pueblo en general.

Aunque en medio de la volatilidad de la moneda mexicana por la endeble estabilidad económica siempre podrá sentirse algo de alivio el advertir un movimiento apreciativo que una depreciación consistente como se ha venido prohijando desde hace ya algunos meses, habiendo perdido el peso casi el 80% de su valor frente a las más importantes divisas internacionales.

Pero en realidad no hay cambios sustanciales provocados por decisiones o acciones del gobierno federal que encabeza el Presidente de México Enrique Peña Nieto y el ambiente continúa siendo tan adverso y complejo como lo ha sido desde que el ocho de noviembre le otorgaron el triunfo al patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política y ahora dictador fascistoide llamado Donald Trump, quien despacha como Presidente en el vecino país al norte.

En realidad el régimen presidencial que encabeza Peña Nieto no ha realizado acciones de gobierno que marquen un cambio efectivo o la ruta clara que aunque paulatinamente pueda cristalizarse y lo que influye en los mercados en todas direcciones es la especulación.

Desde el pasado 8 de noviembre de 2016 a la fecha, se ha visto cómo la cotización peso-dólar pasó de niveles de menos de 18 pesos por cada dólar norteamericano a poco más de 22 pesos por dólar y ahora está temporalmente de regreso a la banda de los 19.60 pesos por cada dólar.

El mercado cambiario se ha movido en el agitado mar de las declaraciones y las filtraciones y el peor momento para la moneda mexicana fue en los días previos a la toma de posesión como Presidente del tal Trump, cuando todo era especulación sobre sus primeras acciones de gobierno contra México.

Y los mejores momentos de la moneda mexicana en estos tiempos de Trump son los actuales, cuando el banco central de ese país regresa al discurso de la prudencia para subir las tasas de interés y sobre todo cuando los más poderosos funcionarios en materia comercial del gobierno de la Casa Blanca han moderado su discurso sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Entonces, si nos basamos solamente en el factor estadounidense para ver el comportamiento de la relación peso-dólar, realmente no ha sucedido nada en concreto.
Si lo que debemos atender son los asuntos internos, tampoco hay muchas noticias que marquen la suerte de la moneda mexicana.

Lo que más puede mover los niveles de paridad tiene que ver con la salud de la macroeconomía. Es interesante advertir que hay una amenaza de degradación crediticia al tiempo que hay una promesa gubernamental de recomponer la salud financiera perdida y ello implica el mayor impulso al desarrollo social, pero no se advierte claramente cómo se va a emprender el camino y esa incertidumbre genera desde cooptación y maduración de nuevos elementos humanos o abocarse a buscar de manera incesante y creativa la restauración del tejido social.

@salvadorcosio1
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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2