Por: Salvador Cosío Gaona
El 17 de diciembre de 2016, en el Periódico Oficial del Estado de Jalisco se publicó la Promulgación del Decreto 26182/LXI/16 mediante el cual quedó expedida la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del Estado de Jalisco, misma que al día siguiente de su publicación entró en vigor.
Dicha ley, reformó los artículos 154 B, 154 i, 188 y 219; y se adicionó el título cuarto denominado «De los delitos contra la libertad de expresión» y el artículo 309 del código penal para el Estado libre y soberano de Jalisco; aprobado por el H. Congreso del Estado de Jalisco en sesión del 6 de diciembre de 2016.
La modificación se dio con el consenso de todas las fracciones parlamentarias representadas en el Poder Legislativo, incluido el diputado independiente, y con la firme convicción de favorecer La Ley de Garantía de los Derechos de los Periodistas.
En ese momento nos congratulamos de la aprobación de esta ley, en el entendido de que cuando se habla de la defensa de los Derechos Humanos no se habla en específico de la defensa de persona alguna sino de toda la sociedad. En este sentido, es que el cumplimiento a esta ley fortalece a una cultura plena de los Derechos Humanos y a la Libertad de Expresión como componente integral de un Estado de Derecho.
El 7 de junio pasado celebramos en México el día de la libertad de expresión. «En México este día se remonta a los tiempos de Benito Juárez, quien legisló para que los mexicanos se expresen libremente. Posteriormente este derecho se vio reprimido durante la época del porfiriato. Aún cuando se restringía este derecho, muchos periodistas desde su trinchera lucharon por manifestar sus opiniones, tal es el caso de la tulancinguense María Luisa Ross Landa, quien fue la primera reportera mexicana que se hizo periodista justamente en el período revolucionario».
La primera vez que en el país se celebró el Día de la Libertad de Expresión fue un 7 de junio de 1951 durante la presidencia de Luis Echeverría.
La libertad de expresión es el derecho que toda persona tiene a pensar y compartir con otras personas sus ideas, reflexiones y opiniones, es decir, el derecho a razonar y dar a conocer lo que piensa y lo que conoce.
Pero poco hay que festejar en la actualidad cuando ya de un tiempo a la fecha los periodistas padecen de persecuciones, vejaciones y amenazas, entre otros flagelos. Este gremio tan noble, porque estoy seguro que lo es, ha sido ofendido, maltratado y vituperado.
Nada menos en días pasados, vimos con indignación lo ocurrido a un periodista del Canal 44 de la Universidad de Guadalajara, Henry Saldaña, quien al intentar reportar sobre un accidente vial registrado en la zona del Álamo en la Zona Metropolitana de Guadalajara, fue agredido y sometido por policías de Tlaquepaque, aún cuando se identificó plenamente en varias ocasiones como reportero de canal 44.
El acto, del cual se tiene evidencia de lo declarado por el reportero, ya que está documentado en varios videos, evidentemente provocó el enojo no solo del gremio periodístico que salió a manifestar su malestar por este hecho, sino por la sociedad en general.
Este tipo de actos no pueden ser justificados ni pueden pasar desapercibidos, es preciso que las autoridades tomen cartas en el asunto, procede el despido inmediato, consignación ante la autoridad ministerial por abuso de autoridad, lesiones, amenazas cumplidas, uso indebido de la fuerza pública, entre otros delitos que pudieran tipificarse. Además de la inhabilitación permanente para el servicio público, especialmente en Seguridad.
Es imperante que todas las dependencias de los tres poderes de gobierno y los 125 municipios del Estado, hagan un puntual compromiso por coadyuvar en el ámbito de sus competencias para generar los acuerdos y las políticas públicas necesarias que se reflejen en acciones y beneficios a la libertad de expresión. Esta ley que ya mencionaba, debe ser la égida de una serie de acciones que nos den certeza de que ningún periodista o ningún ciudadano sea discriminado, juzgado, forzado o amenazado por su opinión o expresión.
Mi reconocimiento a todos los comunicadores y activistas comunitarios leales a la sociedad, exhortándoles a continuar su ardua tarea, recordando a quienes han sido criminalmente acallados, y sumándome a la exigencia por Seguridad y Justicia.
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