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Desazolve #MASCARAyCABELLERA

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Por: Salvador Cosío Gaona

Como Secretario de Estado, Rex Tillerson tiene un trabajo de por sí muy complicado, pues está a cargo de las relaciones multilaterales de su Nación y su labor se torna más complicada por la atrabiliaria personalidad del patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política llamado Donal Trump, que toma muy a la ligera ser el Presidente de una nación tan importante e impactante en el mundo como es el país que arroga el nombre continental y se hace llamar Los Estados Unidos de América.

Y es que el tal Trump suele frecuentemente dejar de lado normas y protocolos, actuando como si estuviere dirigiendo el destino de sus negocios y no el de un enorme país cuyas acciones y decisiones son torales para él resto del orbe.

Es que, quizá motivado por el actuar arrogante, autoritario, desparpajado, abusivo, fascistoide y hasta inmoral del nuevo mandatario del país vecino, inesperadamente renunció gran parte del personal directivo de alto nivel del citado Departamento de Estado, en lo que parece un éxodo de funcionarios que no quieren permanecer en sus cargos durante la administración pública federal que recién inició. Entre estos integrantes de la burocracia de relieve en la institución -que es la equivalente estadounidense de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México- están: Patrick Kennedy, Subsecretario de Estado Administrativo; Joyce Anne Barr, Subsecretaria de Estado Administrativa; Michelle Bond, Subsecretaria de Estado para Asuntos Consulares, el Embajador Gentry Smith, Director de la Oficina de Misiones en el Exterior; Gregory Starr, Subsecretario de Estado para la Seguridad Diplomática y la directora de la Oficina de Operaciones de Edificios Ultramarinos, Lydia Muniz, siendo todos servidores públicos en la administración federal tanto en períodos encabezados por Mandatarios republicanos como demócratas. Este éxodo, evidencia la tensión que existe en la administración gubernamental del vecino país del norte, pero más aún, es una señal de alerta de personajes del más alto nivel de influencia al seno del Partido Republicano y que tienen que ver con la forma de organizarse, operar y desarrollar las tareas de más alto impacto socio político y socio económico, que refleja su intranquilidad ante los problemas, que está ya provocando o a punto de inducir el ahora Presidente Trump, en relación a la política y seguridad interna, así como, de política exterior y seguridad nacional.

A Trump no se le ha podido hacer entender que, gobernar su país, no es como dirigir sus empresas, en las que ni siquiera atiende a los consejos de administración, quedando claro que el Mandatario del país vecino al norte, no reconoce que los actos gubernamentales están sujetos irrestrictamente al acatamiento de las leyes, los reglamentos, los protocolos, los manuales, y las determinaciones, a cargo de instancias, comisiones, comités o consejos. Ahora sí, como dicen en el pueblo: ‘no tiene rienda’ y dispara frases y palabras que generan demasiados problemas, lo cual puede desestabilizar sistemas y esquemas en cuanto a las relaciones multilaterales de su nación, logrando incluso, provocar guerras, tanto militares como comerciales, con países o con bloques de ellos.

Y así, cínicamente y sin tener conciencia sobre las grandes repercusiones hacia otras naciones, el tal Trump dicta órdenes y decretos, que suspenden acciones facilitadoras de inmigración legal; que instruyen el inicio de edificación del famoso muro fronterizo con México; que detienen el procedimiento para el establecimiento del Acuerdo Transpacífico de Cooperación (TPP) y que ordenan analizar cuáles son las posibilidades que permitan anular el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); así mismo, la suspensión del programa de refugiados, autorizar el incremento de los elementos efectivos, tanto armados, como de supervisión y operación administrativa relacionados con la labor de cuidado y control de aduanas y fronteras, a fin de bloquear a ultranza la inmigración, aunándole a eso, la forma y el lenguaje de expresarse prepotente y majadero, con lo que lesiona más la relación bilateral entre México y su país.

El asunto radica en que estas acciones fueron acompañadas de lenguaje soez y altanero, mofándose no sólo del país, sino de toda una nación, justo cuando se encontraban en su país, negociando a nombre del Presidente Enrique Peña Nieto, los titulares de la Secretaría de Relaciones Exteriores Luis Videgaray Caso y de la Secretaría de Economía Ildefonso Guajardo Villarreal, que acudían a Washington con el designio de reunirse con funcionarios del gobierno del vecino país y preparar la agenda de la visita de Peña Nieto a Trump, concertada para este próximo martes 31 de enero. Lo sorprendente es que Videgaray y Guajardo, estuvieron trabajando con funcionarios de segundo nivel del Departamento de Estado y del Departamento Comercial del gobierno de Trump, y poco se había avanzado en relación a la agenda y posibles acuerdos bilaterales, que calmaran el clima notoriamente hostil entre las dos naciones, a pesar, de la supuesta buena relación cercana pero indirecta entre el Canciller Videgaray y Trump, a través, de su yerno Jared Kushner quien es el principal asesor del locuaz y lenguaraz magnate aprendiz de político que despacha en la Casa Blanca.

La relación entre los gobiernos que encabezan Peña y el tal Trump ya parece una lucha libre máscara contra cabellera. Ante los sucesos en relación a la visita del Presidente de México a Washington, diversos liderazgos políticos y del sector productivo persuadían a Peña Nieto para que se pronunciara ante la actitud de Trump suspendiendo la visita a Washington, lo que motivó que Peña externara un mensaje a la nación y obviamente con la intención que fuera del conocimiento del Presidente Trump, para la cual expresó:

‘Este día, el Presidente de los Estados Unidos firmó dos órdenes ejecutivas relacionadas con nuestro país: una, para implementar medidas migratorias y, otra, para extender el muro en la frontera. En respuesta, he ordenado que la Secretaría de Relaciones Exteriores refuerce las medidas de protección a nuestros connacionales, los 50 Consulados de México en los Estados Unidos se convertirán en auténticas defensorías de los derechos de los migrantes, a quienes el Gobierno de México les brindará la asesoría legal que les garantice la protección que requieran. Lamento y repruebo la decisión de Estados Unidos de continuar la construcción de un muro que, desde hace años, lejos de unirnos, nos divide. México no cree en los muros. Lo he dicho una y otra vez: México no pagará ningún muro. Estas órdenes ejecutivas, también ocurren en un momento en que nuestro país está iniciando pláticas para negociar las nuevas reglas de cooperación, comercio, inversión, seguridad y migración en la región de Norteamérica. Esta negociación es muy importante para la fortaleza, certidumbre y futuro de nuestra economía y de nuestra sociedad.

«Como Presidente de la República, asumo plenamente la responsabilidad de, defender y cuidar los intereses de México y los mexicanos. Con base en el reporte final de los funcionarios mexicanos que en este momento se encuentran en Washington, y previa consulta con la representación de la Cámara de Senadores y de la Conferencia Nacional de Gobernadores, habré de tomar decisiones sobre los siguientes pasos a seguir».

De esa forma Peña, dejó entrever la cercana posibilidad de cancelar la visita prevista, pero, no fue lo contundente que podría haber sido como para que quedara claro que, ante la agresividad de Trump y por la dignidad nacional, cancelaba la visita; sino que, pareció dejar una puerta abierta a la ingenua espera que pudiere cambiar su actitud beligerante y hostil el tal Trump, lo cual obviamente no sucedió.

Lo que ocurrió fue que, envalentonado y acrecentando su altanería, mediante su cuenta personal de Twitter, y no la oficial como Presidente, el lenguaraz payaso expresó un mensaje en que dijo: «México está en deuda con nuestro país y si no va a pagar el maldito y necesario muro fronterizo, será mejor cancelar la reunión”, por lo que, en este contexto, el mandatario mexicano optó por anunciar la cancelación de la visita.

En cuanto a la polémica sobre si Peña Nieto debió haber cancelado primero a Trump o si lo más adecuado fue haber sido prudente como lo fue y esperar como lo hizo a que fuere el farsante quien le cancelara la aceptación a la cita pedida, surgieron en el vecino país dos actos antagónicos: La Casa Blanca, a través del Secretario de Prensa y Portavoz Ken Spicer – léase la Institución gubernamental, más allá de la figura personal del Presidente Trump- emitió un mensaje, en el que si bien, no opina sobre la polémica, señala que buscará volver a concertar y reagendar la reunión entre Trump y Peña Nieto, en tanto, Trump responde diciendo a la ligera que impondrá un arancel especial de 20% a la importación de todos los productos mexicanos, lo que en principio, es una declaración de guerra comercial y de ruptura de acuerdos, a pesar, de que requieren posiblemente trámites para anularlos, está prendiendo esa alarma en su propio país y obviamente en el resto del mundo, ya que, esa actitud presuntuosa, estaría acabando con el orden en las relaciones diplomáticas y comerciales entre países y bloques de ellas.

En México hay división de opiniones sobre el comportamiento de Peña, por más que hay unidad contra las agresiones de Trump.

La crisis económica y social que enfrentamos en el país es tan grave y resulta vano el esfuerzo de algunos funcionarios, dirigentes políticos e incluso agentes de comunicación social por mitigar el impacto social, y es que, aunado a esto está el oleaje destructivo de la asunción a la Presidencia de Los Estados Unidos de América del tal Trump, quien desde antes de asumir su cargo ha venido generando incertidumbre en los mercados internacionales y provocando gran inquietud en México, al tal grado que, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó el pronóstico del crecimiento económico nacional para éste y el próximo año, lo cual pone al actual gobierno de México en indiscutible decadencia.

Tras el “gasolinazo”, los precios de la canasta básica y de otros productos y servicios de primera necesidad se han incrementado notoriamente; lo cual ha derivado en aumento de manifestaciones, así como de número de participantes, además del acrecentamiento de inconformidades expuestas a través de las diversas redes sociales; generando mayor desconfianza social hacia el sistema político mexicano y afectando más la imagen presidencial que de por sí ya era repudiada por gran parte de la sociedad, incluso, cifras de algunos instrumentos de captación y valoración de opinión pública señalan que el presidente Enrique Peña Nieto es rechazado por entre 92 y 93 de cada centenar de mexicanos, o sea que solo un estimando de entre 7 u 8 mexicanos de cada 100 lo respeta.

La suma de estos factores inevitablemente colisiona la economía mexicana, pues a casi un mes que el republicano Donald Trump asumiera la Presidencia de su país, la devaluación del peso es indudable, pues en promedio 22 pesos mexicanos equivalen a un dólar. Ya el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), menciona que el hartazgo social ante la corrupción y el dispendio en el manejo de los recursos públicos se puede observar en las movilizaciones callejeras.

Este entorno de desconfianza y rechazo social, repercute en la aprobación hacia los partidos políticos mexicanos, de tal forma que la aceptación hacia el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha disminuido al grado de situarlo como la tercera fuerza política, después del Partido Acción Nacional (PAN) y posicionando al Partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) del que es Presidente y Líder Andrés Manuel López Obrador en el primer lugar.

En este contexto socio político hay que apreciar que López Obrador continúa fortaleciendo su equipo de trabajo, y en relación a esto, dio a conocer la incorporación de Esteban Moctezuma Barragán, quien es parte de las 4 coordinaciones encargadas de consolidar el ‘Proyecto alternativo de Nación’ que MORENA está diseñando como base de su plataforma electoral para la elección de 2018.

Moctezuma Barragán estará a cargo del área de Desarrollo Social. El aún Presidente de la Fundación Azteca fue Secretario de Gobernación y también Secretario de Desarrollo Social en el sexenio presencial de Ernesto Zedillo Ponce de León. Nacido el 21 de octubre de 1954 en el Distrito Federal, fue Senador y es autor de importantes obras sobre educación, globalización y administración pública, egresó de la Universidad Nacional Autónoma de México como licenciado en Economía y también en Derecho, estudió la Maestría en Economía Política por la Universidad de Cambridge, Inglaterra y un Diplomado sobre Desarrollo Regional en Tokio, Japón. Fue Presidente del Consejo Directivo del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE), Director General del Programa sobre México en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), Profesor de El Colegio de México, es articulista en los diarios Reforma, El Universal y Pulso de San Luis Potosí, comentarista de Reporte Índigo. Conferencista de Latin American Speakers en la República Mexicana, América y Europa. ha publicado en el Fondo de Cultura Económica dos importantes libros: “La Educación Pública Frente a las Nuevas Realidades” y “Por un Gobierno con Resultados”. También es el responsable principal de ‘Movimiento Azteca’ que ha ayudado a más de 200 organizaciones sociales (2002). Es impulsor del modelo de lucha contra la dispersión y marginación a través de la construcción de Ciudades Rurales (2006), impulsor del sistema mexicano de Orquestas Sinfónicas Infantiles y Juveniles Esperanza Azteca (2009) y orquestó la campaña nacional ‘Limpiemos Nuestro México’ (2009).

Así mismo, entre su larga lista de experiencia podemos destacar que ha estado en el FONAC (Fondo Nacional de Ahorro Capitalizable para los Trabajadores al Servicio del Estado), que beneficia a cerca de un millón de trabajadores (1989), fue el responsable del proceso de descentralización educativa más ambicioso en la historia de México (1992), es Miembro, desde 2004, del Consejo Directivo de la Fundación Mexicana para la Salud y Presidente del Patronato del Instituto Nacional de Salud Pública (2011).

Pero además de la crisis, el Presidente Peña Nieto no se ayuda pues sigue con sus actuaciones precipitadas y desconcertantes, como ejemplo reciente encontramos su repentina cancelación de su gira de trabajo a República Dominicana, que aunque se indicó fue ‘por motivos de agenda’, no deja de inquietar la decisión, puesto que el Mandatario participaría en la Quinta Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en Punta Cana, República Dominicana, la cual simboliza un mecanismo intergubernamental de diálogo y de concertación política, compuesta por los 33 países de América Latina y el Caribe, con el compromiso de avanzar en el proceso gradual de integración de la región, haciendo un sabio equilibrio entre la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de los 600 millones de habitantes de los países que la integran y cuyo evento había sido catalogado por el gobierno de México como trascendental ya que sería oportunidad de que los mandatarios intercambiaren puntos de vista acerca del papel de la región en la actual coyuntura internacional, y revisaran los avances obtenidos en materia de seguridad alimentaria y combate a la pobreza.

El Secretario Luis Videgaray Caso fue poco convincente cuando en una breve entrevista previa a su salida a Washington, dijo que este cambio de planes se debió a situaciones urgentes, esas llamadas ‘Problemas de agenda’, no obstante, añadió que México está dispuesto a trabajar a fin de buscar acuerdos y que la subsecretaria representa con dignidad y eficiencia al pueblo y gobierno de México, y
al cuestionarse a Videgaray sobre si se desperdició una oportunidad tras no haber acudido a la cumbre de la CELAC de que México dirigiera un frente común con otros países a fin de defenderse ante impactos negativos del cambio de gobierno en los Estados Unidos de América, respondió escuetamente que «México tiene una relación cercana con todos los países» de la región, sin ahondar en más detalles sobre el desistimiento de acudir a tal evento.

Como contexto del polémico manejo de las relaciones multilaterales y la evidente inadecuada dependencia extrema en relación al vecino del norte y el abandono de otras esferas geográficas tan importantes, Videgaray no dejó pasar la oportunidad de hablar sobre la importancia de la reunión con la administración de Donald Trump con el propósito de definir una agenda en la relación bilateral México-Estados Unidos y la intención de construir y generar buenas alianzas benéficas para ambos países, destacando la soberanía de México y que el diálogo sería conducente a negociar siempre en pro de México y los mexicanos».

Pero, lo que resultó verdaderamente deplorable fue que Trump tomó ventaja y decidió atacar precisamente cuando se encontraban en su territorio los enviados del presidente Peña; y más deleznable su duro golpe a México por la decisión tomada de abandonar el TLCAN, propiciando que Canadá también declare que negociará por separado, situación que parece burla, al ser realizada justo en la cara de Guajardo y Videgaray y a pocos días de la llegada de Peña a su audiencia con el citado Trump.

No obstante, es imprescindible exponer la inconsistencia de Videgaray al decir que si no hay condiciones adecuadas México dejará el TLCAN, es absurdo creer que en este contexto México tiene la capacidad de decidirlo así de simple, cuando ya conocemos la postura de Donal Trump y la probable decisión de Canadá de también dejar abanicando a nuestro país; además el secretario Videgaray, debe recordar existe un proceso que implica mecanismos de sanción y compensación para hacer valer en favor de nuestros productores industriales y agropecuarios, así como también hay operaciones en trámite, producción en proceso, pérdidas fuertes de inversionistas instalados en México en razón de la existencia del Tratado, por lo que es necesario que reconozca y se consiente el Canciller que no es así tan sencillo como él lo plantea.

La realidad es que no basta con decir: ‘ya vámonos porque ya no nos quieren!’, puesto que se cuenta con mecanismos de defensa, sanción y acciones en contra de quien incumple o viola el tratado; existen daños y perjuicios que reclamar en instancias legales internacionales a favor de los industriales y comerciantes mexicanos, incluso, si no se hace bien la defensa puede haber enérgicas sanciones y pago de perjuicios en nuestra contra por parte de inversionistas extranjeros instalados en México en razón de estar incluidos en el TLCAN.

Respondiendo a las voces que reclaman unidad ante la afrenta del locuaz y lenguaraz Trump, hay que ser específicos en algo: unidad y apoyo al Presidente y acción por México no significa dejar de exigir que las autoridades mexicanas hagan trabajo eficientemente, ni tampoco quiere decir que ya no estaremos al pendiente de los actos de gobierno mexicano.

Es importante ‘Cerrar filas con México’, sí, pero que no se confunda eso con dejar hacer y dejar pasar por errores , negligencia, inatingencia, autoritarismo, incapacidad, corrupción, impunidad,insensibilidad, apatía, pues es cierto que no debemos aceptar que gobiernos extranjeros nos pisoteen pero eso no significa tolerar los asuntos internos inadecuados y dejar de exigir acciones y sanciones para retomar el rumbo del país hacia el progreso mediante eficacia y honestidad en la función pública así cómo mayor cultura cívica y política en la sociedad.

@salvadorcosio1
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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2