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Tlahuelilpan desnuda a PEMEX
Por: Salvador Cosío Gaona
La tragedia en Tlahuelilpan, Hidalgo nos estremeció a todos. No se puede ser indiferente ante imágenes como las que vimos; más de 100 personas han perdido la vida y la cifra de decesos incrementa a cada momento debido a la gravedad de las lesiones de otros afectados por la explosión.  Hay víctimas inocentes, hay víctimas conscientes, hay gente que deberá dar cuenta de su responsabilidad por el latrocinio, otras en el caso de la tragedia que deberán dar cuenta de su acción o inacción negligente para evitar pérdidas humanas y hay también que deslindar responsabilidades políticas.
Tlahuelilpan desnuda muchas situaciones e inevitablemente hace recordar otras muy dolorosas; las explosiones que a lo largo de los años se han suscitado en diversas instalaciones de Pemex especialmente la del 22 de abril de 1992 que cobró demasiadas víctimas y que sobre todo asestó un duro golpe al desarrollo socioeconómico y político de Jalisco que pudiera verse ahora de nueva cuenta referido como desde entonces la actividad hoy llamada huachicoleo en la que tenía que ver el robo, el desfalco, el latrocinio,, el ocultamiento de inventarios y el tratar en ese momento en el caso que señalamos tratar de ocultar las evidencias de ese robo descarado de millones de litros de hidrocarburos.
El que ahora estemos padeciendo desabasto en regiones y entidades de México, -destaca Jalisco-, el que estemos siendo testigos de la forma en que se está buscando luchar para abatir esa criminalidad, ese desfalco a la nación y esa impunidad que hasta dónde se advierte viene de muchos años atrás y con una gran cantidad de factores convergentes en los que puede existir penetración criminal en el sindicato de trabajadores petroleros entre los empleados y funcionarios de todos los niveles incluyendo el más alto de Pemex y sus distintas divisiones o empresas filiales, funcionarios de diverso orden y actividad diferente desde las que tienen que ver con permisología, el control, la evaluación, la seguridad, la procuración de justicia, la investigación criminal, la administración de recursos, la comercialización, la distribución de los productos de hidrocarburo provenientes del petróleo y sobre todo en lo que esto se ha convertido o nos hemos dado cuenta ahora que es una actividad de lo más rentable, no solamente provocada por delincuentes de cuello blanco sino también aquellos que tienen por muchas otras razones una gran mancha de sangre en su actuación y que es quizá hasta ahora que se está buscando detener esa gran actividad lucrativa y perversa en contra de México y los mexicanos.
Sin duda hay una molestia severa entre quienes sufrimos el desabasto pero más duele saber la forma en que existen esas instalaciones y que deben ser vigiladas so pena de seguir siendo el barril sin fondo. La situación que estamos viviendo también debe generar el impulso para el análisis y la reflexión sobre qué es lo que tenemos que hacer como país para respaldar no solamente a un presidente de la República, a funcionarios institucionales sino a todo un estado, a un país que tiene derecho a generar responsabilidades del imperio de la ley, el estado de derecho, de la responsabilidad completa en favor de los mexicanos.
Un Ya Basta! Es importante dejarlo claro, que se haga todo lo que se requiera para llegar al fondo de cualquier circunstancia para deslindar responsabilidades, sancionar, pero más que ello que se ordene el manejo del hidrocarburo, la administración de los recursos naturales, financieros y materiales, que se acabe con el cruce perverso de influencias, con el gran desfalco a la nación y con la depauperación de los mexicanos porque en cada litro, en cada elemento que le arrancan al patrimonio nacional algo se tiene que pagar con dinero de los mexicanos.
Ahí está la explicación pues de la gran carestía de las gasolinas, ahí está la explicación parcial al menos del porqué no se podía enderezar una empresa tan importante como Pemex que llegó a ser un orgullo de los mexicanos y un patrimonio para ser ahora un lastre, una cloaca que debe sanearse. Debe revisarse la responsabilidad histórica desde el presidente de la República, gobernadores y alcaldes, hasta el último empleado, de empresarios voraces o convenencieros o empresarios que han caído como víctimas pero que pudieron hacer algo para evitar caer con los crimínales en lo más profundo de la actividad perversa. Debe ser una forma de poner un alto a tanta satapría.
@salvadorcosio1

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2