Una semana después del asesinato de Valeria Márquez, dentro de su salón de belleza en Zapopan, apareció un ramo de rosas rojas con un mensaje que desató dudas, sospechas y una nueva línea de investigación: una cinta blanca con una sola palabra escrita: “Perdón”.
El detalle no pasó desapercibido. Aunque muchas personas han llegado al lugar para dejar veladoras y flores, este ramo llamó la atención de las autoridades. No por las rosas en sí, sino por lo que representaba ese mensaje.
La policía de Zapopan llegó al lugar, tomó fotografías y recogió el arreglo para analizarlo. Lo que parecía un gesto simbólico, ahora forma parte clave de una investigación por feminicidio.
Momentos después de que se entregaron estas flores, reporteros de medios locales ubicaron al hombre que lo hizo. De inmediato, le preguntaron si conocía a Valeria o si tenía alguna relación con el caso. Su respuesta fue clara: “A mí solo me enviaron”. El repartidor explicó que trabaja para una florería, que alguien hizo el pedido y que su única tarea era dejar las flores en el lugar y tomar algunas fotos como prueba.
No reveló quién pidió el arreglo. Dijo que no conocía ni al remitente ni a la víctima. Solo cumplió con una entrega más. Sin embargo, esta entrega no fue como cualquier otra. El mensaje “perdón” generó inquietud porque podría estar relacionado directamente con los hechos violentos ocurridos el 13 de mayo, cuando Valeria fue atacada a balazos mientras hacía una transmisión en vivo desde su salón, Blossom The Beauty Lounge.
Desde entonces, el lugar ha sido asegurado por la Fiscalía de Jalisco. Adentro, todo está tal como lo dejó Valeria esa tarde: su bebida a medio tomar, sus herramientas de belleza, algunos regalos sin abrir. Afuera, su memoria sigue presente en forma de flores, carteles y mensajes de sus seguidores y conocidos.
