Por: Mónica Ortiz
La calidad del ejercicio ciudadano sobre la transparencia de gobiernos municipales, radica vitalmente en ser aquel contrapeso que garantizará la participación democrática constante y oportuna de la sociedad civil, organizada e interesada por el derecho fundamental a la transparencia y la rendición de cuentas, con el fin de combatir la corrupción. Por efecto secundario la impunidad con la que nuestra clase política en una mayoría lastimosa, practica el modo de gobernar y de representar mediante el poder.
En este sentido habrá que tomar muy en serio, el compromiso y creación convocada de los organismos ciudadanos, mismos que nos presentan con frecuencia los gobiernos todos, para destacar que son transparentes en la administración que tienen a su cargo, la cual por cierto obtuvieron gracias a una mayoría ciudadana, quienes juzgaron que eran los menos peores de la totalidad de los aspirantes entre partidos y personajes públicos con aspiraciones.
Hoy sabemos a cuentagotas, que al parecer el Ayuntamiento de Guadalajara decidió tomar protesta a su Consejo Ciudadano de Control y Transparencia de Guadalajara con siete integrantes ciudadanos interesados en la transparencia gubernamental, en privado con escasa luz de reflector ni político ni mediático.
Recordemos que la convocatoria a dicho consejo, fue en el mes de Abril del 2016, posteriormente se instala oficialmente en el mes de noviembre del 2016 y es hasta la actualidad, finales del mes de enero del 2017 cuando toman protesta; La transparencia observada y vigilada desde los consejos integrados por distintos sectores sociales y ciudadanos, empoderados de participación, nunca deberá llevar un abandono que entone necesidad aparente, pero poca relevancia. No es elegante políticamente dejar a la transparencia y la rendición de cuentas, para cuando la agenda mediática permita hacer un pequeño evento, pues pareciera que es un asunto sólo de tener consejo y participación.
En este contexto el Ayuntamiento de Guadalajara, debería haber hecho un evento digno, con ruido político y social, mismo que merece la obligación y responsabilidad de la Transparencia y la rendición de cuentas, tan publicitado que permita al ciudadano enterarse del objetivo y atribución de un Consejo Ciudadano de esta índole y de gran relevancia, se debió invitar a la sociedad para ser copartícipe de esta herramienta de intervención que sin mucho dudarle, es un antídoto a los grandes males de nuestros gobiernos y clase política, siempre que no sea un adorno de temporada.
El nuevo Consejo Ciudadano de Control y Transparencia de Guadalajara, tiene que ser la forma de garantizar mediante la participación focalizada, el tema de gobiernos realmente transparentes en pleno ejercicio de obligaciones, producto de una administración pública donde los ciudadanos somos los beneficiarios del derecho fundamental a la rendición de cuentas vía transparencia pública, pero en caso de no existir, el cómo hacer valer situaciones gubernamentales, en las instancias existentes para ejercer el derecho a la rendición de cuentas y la información pública mediante la transparencia, entonces deberemos poder recurrir al consejo, mismo que analizará y en su caso emitirá una recomendación, sobre el tema que pueda dejar alguna duda social, entre la opacidad y la transparencia pública de un gobierno.
La participación ciudadana en la transparencia, es más que una convocatoria y una toma de protesta, es un tema de dignidad política y derecho social, debió ser trascendente, visto y aplaudido, más que un viaje de Alcaldes unidos a la Ciudad de México, para presentar una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con interés mediático de ruido y reflector, excesivamente maquillados de interés social y solidaridad oportuna, pero sin argumento y fundamento; es triste ver tanto circo, poco elenco y muy merolico.
Poner en observación las acciones de nuestros políticos en ejercicio de funciones, es comprender que están para dar resultados, es madurar como sociedad crédula de todo lo que sonría por interés político. Tenemos en el Municipio de Guadalajara un Consejo Ciudadano de Control y Transparencia, debemos hacer que funcione y trabaje, que no sea por encargo y bajo línea ordenada por el Alcalde Enrique Alfaro Ramírez, que no sesione detrás de las cortinas con agendas llenas de cosas sin importancia y argumentos vanos como las controversias constitucionales, no es responsabilidad de ellos que suceda, es culpa de la sociedad indiferente que no llegue a tener funcionalidad.