Cuba anunció una reducción de hasta el 20% en los precios controlados de algunos alimentos, que empezará a regir este viernes como parte de las medidas adoptadas por la dirigencia comunista para elevar la capacidad de compra de los exiguos salarios.
La televisión estatal anticipó la medida -que será detallada este viernes-, en medio de la queja frecuente de los cubanos por la pérdida de poder adquisitivo en un país donde el ingreso medio ronda los 24 dólares al mes.
El Gobierno de Raúl Castro decidió «incrementar gradualmente la capacidad de compra» del peso cubano «en el corto plazo», señaló el informe divulgado en la noche del jueves. Una de las primeras disposiciones permitirá «reducir los precios entorno de un 20% (…) para un grupo de productos seleccionados, sobre todo alimentos», incluidos arroz y pollo, añadió el medio estatal.
La medida excluye de momento los productos agrícolas.
En Cuba opera un sistema bimonetario único en el mundo, en el que circulan dos monedas de cuño local: el CUP o peso cubano y el CUC o peso convertible. Este último, equivalente a un dólar o 25 pesos cubanos, se emplea en el naciente sector privado o de trabajadores por cuenta propia, mientras la mayoría de isleños gana y compra en CUP.
La dualidad monetaria es considerada por algunos analistas como un factor de presión sobre los precios y de distorsiones en la economía cubana de corte soviético.
El Estado cubano controla la importación y distribución de alimentos y entrega a la población una canasta de productos básicos a precios subsidiados a través de la llamada libreta de abastecimiento.
El Gobierno de Castro anunció la reducción de precios al cabo del Séptimo Congreso del Partido Comunista, que sesionó hasta el martes. Durante ese encuentro -que delineó el rumbo de la isla para los próximos cinco años-, el mandatario reconoció que los «salarios y pensiones siguen siendo insuficientes» y reiteró el compromiso de incrementar la productividad y eficiencia de la economía cubana.
Las autoridades también ratificaron su propósito de desmontar el sistema de dos monedas de forma gradual.
