La presencia de peces muertos en el Río Blanco, en el municipio de Zapopan, movilizó a las autoridades ambientales quienes realizaron una inspección conjunta para determinar las causas de la mortandad. La Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (PROEPA), en colaboración con la Agencia de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de Jalisco (ASICA), evaluó la situación en el sitio y concluyó que la alta carga de materia orgánica y la mala calidad del agua provocaron una baja significativa en los niveles de oxígeno disuelto, causando anoxia y la muerte de numerosos ejemplares.
Durante la visita, efectuada en el cruce de la calle José María Morelos y el Antiguo Camino a Copalita, se observaron peces flotando en el cauce y en las cercanías, además de un olor fétido que permeaba el ambiente. Personal de ASICA detectó que estos peces provenían de una hacienda cercana, donde un trabajador, a bordo de una lancha, realizaba labores de limpieza en el cuerpo de agua, removiendo los ejemplares muertos hacia una canasta de plástico. Hasta el momento, no se tiene conocimiento del destino final de estos residuos.
Las autoridades entrevistaron a un guardia de seguridad del lugar, quien no proporcionó detalles sobre quién realiza las tareas de limpieza ni sobre posibles descargas o vertidos en el río. En respuesta a la situación, personal de ASICA tomó muestras de los peces muertos para realizar necropsias y estudios que permitan determinar si existieron agentes patógenos o sustancias tóxicas involucradas. Los análisis iniciales no revelaron anomalías físicas ni signos de enfermedad en los ejemplares, apuntando a causas ambientales.
La evaluación indica que la mortandad ocurrió en un período menor a 48 horas, en un escenario donde también se percibía un olor fuerte y una coloración oscura en el agua, signos claros de deterioro en la calidad del cauce. PROEPA, en cumplimiento de sus funciones, informó a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) sobre posibles descargas nocivas, dado que la regulación y el manejo de estos hechos corresponden a instancias federales.
Estas acciones reflejan la atención de las autoridades ambientales ante los reportes ciudadanos y la importancia de mantener un monitoreo constante de los cuerpos de agua para prevenir y atender contaminaciones que afectan la biodiversidad y la salud pública.