Para evitar sobre estimular negativamente al corazón y contribuir a su deterioro, el jefe del servicio de Nutrición y Dietética del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, José Braulio Cervantes García señala que ciertos alimentos deben excluirse tales como los conservadores (saborizantes y colorantes artificiales) y las grasas saturadas, además de disminuir la ingesta de sal.
Recordó que el corazón es un músculo que funciona a base de estímulos, por lo que se debe vigilar la calidad de los alimentos consumidos en la dieta diaria, con el fin de no generar efectos adversos que atenten contra la salud cardiaca.
Enfatizó en que el sodio, componente básico de la sal, es el principal conservador de los productos enlatados y embutidos, de ahí que se recomienda evitar su consumo.
Precisó que en el caso de la sal común, su consumo excesivo facilita la modificación de estructuras internas de los vasos sanguíneos, estrechándolos, lo que a su vez dificulta la circulación de la sangre, en lo que se conoce como hipertensión.
Así mismo destacó que el consumo de sodio en México supera los cinco gramos diarios recomendados para evitar daños a la salud, incluso se estima que las personas consumen el doble de esta cantidad diariamente.
En cuanto a la ingesta de grasas saturadas, Cervantes García señaló que se debe tener especial mesura con alimentos de origen animal tales como los lácteos y sus derivados y los cárnicos.
Destacó que el abuso en la ingesta de grasas de origen animal es un detonante de infartos al miocardio, además se debe reducir la ingesta de azúcares que finalmente termina por elevar los niveles de triglicéridos y lípidos en el organismo, facilitando el desarrollo de cardiomiopatías.
Lo ideal, dijo, es una alimentación rica en frutas, verduras y grasas no saturadas, además de cocinar con derivados de origen vegetal como el aceite de oliva.
Cabe mencionar que durante 2014, en la Delegación Jalisco del IMSS se atendieron a 629 pacientes con infartos al miocardio en hospitales de la institución, la mayoría hombres, sin embargo en mayores de 80 años de edad predominaron las mujeres.
El grupo etario con mayor incidencia de infartos cardiacos fue el de 60 a 69 años de edad; sin embargo en menores de 30 años de edad se registraron siete casos, en menores de 40 años 17 casos y en menores de 50 años, 54 casos.
