Un tribunal iraní condenó al cineasta Mohammad Rasoulof a ocho años de prisión, latigazos y la confiscación de sus propiedades por el delito de “colusión con la intención de cometer crímenes contra la seguridad del país”.
Babak Paknia, el abogado del cineasta, explicó que el principal motivo de esta sentencia es la realización de películas y documentales que para el tribunal son ejemplo de conspiración para cometer crímenes en contra del país.
Rasoulof, ganador del Oso de Oro con «La vida de los demás» en 2020, ha tenido numerosos problemas con las autoridades y ha sido condenado a penas de prisión en dos ocasiones.La última vez que fue detenido fue en julio de 2022 por criticar la represión de unas protestas desatadas por el derrumbe de un edificio que provocó decenas de muertos hace dos años. Ocho meses después fue puesto en libertad.
El último filme del director, Seed of the Sacred Fig Tree, se presentará en el festival de Cannes, que comienza la próxima semana, pero al parecer él no podrá asistir.
Su abogado informó la semana pasada que las autoridades iraníes estaban tratando de que el cineasta retirase la película del certamen y que varios actores y miembros del equipo técnico habían sido citados e interrogados.
“No está claro si Rasoulof, que tiene prohibido salir del país desde 2017 y tiene un nuevo caso en un tribunal revolucionario, podrá viajar a Cannes para asistir a la proyección de su película”.
En las últimas semanas, los tribunales iraníes han condenado a varias personas críticas con el Gobierno.
Un ejemplo de ello es Mahmoud Mehrabi, sentenciado a pena de muerte por la publicación de información para fabricar armas caseras, durante las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini, a quien autoridades detuvieron por no llevar bien puesto el velo en 2022.
Y hace dos semanas, un tribunal condenó a la pena de muerte al rapero Tomaj Salehi por sedición, pues realizó propaganda contra el sistema e incitó a los disturbios por apoyar las protestas en las que se pidió el fin de la República Islámica.
Con información de El País
