A finales de este mes se realizará en el Autódromo Hermanos Rodríguez la primera carrera —después de una ausencia de 23 años en el país— del Gran Premio de México de la Fórmula 1. Un espec-táculo internacional que atrae la atención de la prensa en el mundo y que sirve de promoción comercial para empresas privadas.
Dicho espectáculo deportivo, contratado para los próximos cinco años (2015-2019) por el gobierno federal a través del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), dependiente de la Secretaría de Turismo, y la empresa privada Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), que preside Alejandro Soberón, costará a los mexicanos 213.3 millones de dólares (que al tipo de cambio actual son unos 3 mil 600 millones de pesos) en momentos en que la economía del país está en bancarrota y ese dinero podría ser más útil para programas prioritarios en educación, salud y alimentación.
Pero el gobierno federal opina distinto, y ante la imagen negativa que tiene en el exterior —exacerbada los últimos tres años por la violencia, la corrupción, la impunidad y la pobreza que agobian al país— ha decidido invertir esos recursos públicos en la promoción de espectáculos internacionales, sin importar que éstos sean muy costosos, pues como dijo el presidente Enrique Peña Nieto sobre estas carreras de automóviles: “servirá para proyectar la grandeza y riqueza de México hacia el mundo… ésta será una forma de promover y promocionar a nuestro país. Este evento que ya se ha concertado, se ha garantizado se realice los siguientes cinco años”.
Para esta primera carrera que arranca en cuatro semanas, el gasto público asciende a 575 millones 406 mil 425 pesos, que ya le fueron entregados a la empresa CIE, de acuerdo con la respuesta a la solicitud de información 2135500013214 que hizo el reportero Mauricio Romero al CPTM, por medio de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental.
Pero ese dinero es sólo la primera parte de los 213 millones 279 mil dólares que el gobierno de Peña Nieto se comprometió a dar a la empresa de espectáculos durante cinco años, periodo mínimo que exigen los organizadores de la Fórmula 1 para que esta competencia permanezca en el país, según el contrato 36/2014 que firmaron.
Este espectáculo elitista al que el gobierno le apuesta para mejorar su imagen internacional, es un negocio privado financiado con recursos públicos, pues a las empresas beneficiadas les generará ganancias en los cinco años de hasta 10 veces el monto de lo invertido.
Por lo pronto, a la empresa de espectáculos CIE, organizadora del evento, le permitirá mejorar sus ingresos, que en 2014 tuvieron una caída de 12 por ciento, debido al menor número de conciertos que tuvieron en el Foro Sol y el Palacio de los Deportes, según reportes de la propia compañía, y cuyas pérdidas espera resarcir a partir de esta carrera automovilística y hasta 2019.
De acuerdo con el contrato firmado cuando la titular de la Secretaría de Turismo era Claudia Ruiz Massieu, actual canciller de México, el dinero público que cada año recibirá CIE —siempre por adelantado— por gracia del gobierno es:
—40 millones 987 mil dólares para la carrera de 2016, que serán pagados aún antes del arranque del Gran Premio de 2015.
—40 millones 987 mil dólares, para la competencia de 2017.
—Para la carrera de 2018, última del sexenio de Enrique Peña Nieto, la cifra se elevará a 43 millones 564 mil dólares.
—Y la misma cantidad (43.5 millones de dólares) aportará el Consejo para la quinta edición, en 2019, del serial automovilístico internacional en México.
FUENTE:EL UNIVERSAL