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Cómo identificar a las personas tóxicas y lidiar con ellas

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Una persona tóxica es aquella que disfruta de generar impactos negativos en las personas de manera recurrente y que termina afectando la carrera, desempeño, personalidad, autoestima, motivación y productividad de quienes la rodean.

Investigaciones recientes encontraron que como resultado de diversos fenómenos sociales como el declive de la familia, la falta de valores y la cultura de competencia sin restricciones, los episodios de empleados con ausentismo, baja productividad y enfermedades psicosomáticas asociadas al estrés son cada vez más frecuentes y que muchos de estos problemas se pueden adjudicar a los efectos negativos derivados de la presión ejercida por sus propios compañeros.

Los episodios relatados van desde el chantaje emocional, acoso, aislamiento, sabotaje y maltrato hasta crueldad sistemática.

Otro dato: este fenómeno se presenta en todo tipo de compañías y centros de trabajo sin importar el nivel jerárquico de quienes ejercen estas conductas ni las dimensiones, el sector, región, capital, actividad o número de trabajador@s de la empresa.

Pero ¿cómo identificar a estas personas y lidiar con ellas para evitar que sus efectos negativos se dispersen en una organización? ¿Cuáles son las medidas que cada quien debe tomar para evitar ser afectad@ por ell@s

1. Las personas tóxicas tienen episodios constantes de narcisismo y egocentrismo
No importa la hora ni el momento, todo debe girar en torno suyo; todo en ell@s es superior, son obsesiv@s, les gusta alardear y exageran siempre. Demandan admiración, han viajado más que nadie, sus relaciones y pertenencias son mejores que las de todos y les gusta mostrarlas. Les gusta invadir espacios; incluso, a la gente la toman como una posesión, todo puede ser usado para demostrar su superioridad y la exaltación de sus egos. Según ell@s, nunca se equivocan, nada l@s satisface, siempre tienen un comentario negativo de las cosas y de la gente. La culpa de que algo salga mal es de alguien más. Hablan, gesticulan y se mueven compulsivamente, inventan romances de fantasía, eventos y aventuras dignas de guiones de película. Parece que quieren que todo el mundo escuche sus conversaciones y que las miradas l@s persigan.

― Lidiar con ell@s implica fortalecer la autoestima, no ceder al chantaje y establecer límites. Nada debe mermar tu paz interior. Aprende a valorar cada cosa que tienes, que haces y que logras en la vida. La única persona que realmente necesitas de por vida eres tú mism@.

― Un error clave es buscar aceptación a cambio de sumisión. Las personas tóxicas se nutren de seguidores que los imitan y rinden tributo, pero tod@s terminan siempre siendo desechables.

2. Otras categorías de personas tóxicas se presentan bajo la forma negativa, pesimista y quejumbrosa
Estas personas son imanes de mala vibra. Todo está mal, todo les afecta (incluso lo ajeno), el sueldo es muy poco y el trabajo es demasiado. Todo les duele. Han pasado por todas las enfermedades e incluso son casos de estudio porque las han padecido todas. El tono de voz, la actitud, la mirada, la postura reflejan el vacío, la soledad, la depresión, la falta de luz. Les gusta compartir el cansancio, la envidia, los celos. Aunque reservados, hablan a espaldas de otros; observan, vigilan y les gusta sembrar la incertidumbre y los conflictos.

― Para evitar contagiarte busca siempre aproximarte en aspectos profesionales de manera directa, clara y concisa, busca soluciones, respuestas, información, formas de resolver y hacer las cosas. No te involucres ni quieras resolver la vida de todos. Ayuda, colabora, pero limita el apoyo a lo necesario; no puedes arreglar todos los problemas de pareja, ni puedes cambiarle la familia a nadie. Deja que los otros hagan todo lo que pueden (y deben) hacer por sí mismos, y mucho menos te adjudiques fracasos, culpas, conmiseraciones y agravios ajenos.

3. La gente tóxica violenta
Todo comienza con bromas, algunos insultos, invasiones de espacios, pequeños toqueteos, colaboraciones para hacer el trabajo de otros, robo de información e ideas. Estas conductas se van incrementado y sistematizando hasta convertirse en un acoso permanente. El maltrato se vuelve más cruel sistemático y deriva en baja productividad, ausentismo, insomnio, depresión y, finalmente, el abandono del puesto de trabajo, aunque en ocasiones estos comportamientos se manifiestan incluso fuera del centro de trabajo.

Existen casos extremos documentados cuyo final pudo haberse evitado. Las mujeres son las más vulnerables a este tipo de conductas, y muchas empresas no están preparadas para afrontar esta situación cuando se presenta. El problema se complica porque muchas víctimas, al no encontrar apoyo, soportan o se resignan sin denunciar para no perder su puesto, lo que fortalece la impunidad de del o la maltratador@ violent@.

― La respuesta debe ser inmediata y no dejar crecer el problema. En este caso, la solución es estructural: depende de la organización y la activación de una serie de procedimientos legales contundentes, ambientales y culturales, intervención profesional y de las autoridades en diversos ámbitos. La seguridad personal implica el entrenamiento y el uso de nuestras habilidades y recursos para enfrentar toda situación y contingencia.

4. Tóxic@s sarcastic@s y conductuales
En este caso, la presión no se manifiesta físicamente, sino que proviene de formas indirectas y elaboradas dirigidas a afectar la dignidad, actitudes y autoestima del o la afectad@. Los comportamientos característicos son las críticas y burlas constantes, asignación injusta de tareas, sobrecargas, ataque a sus pertenencias, degradación, sabotaje a sus colaboraciones, filtraciones de información personal y vida privada, aislamiento (todas generalmente en grupo). Se busca afectar a la persona haciéndola sentir torpe, inferior, ajena a la empresa, incomprendida y sin posibilidades para destacar o progresar.

― Nuevamente, la forma de combatir estas actitudes parte de una concientización, capacitación y empoderamiento del personal vulnerable, así como de la creación de un ambiente laboral sano, cultura organizacional, códigos de conducta, asistencia, supervisión y el trabajo especializado en talleres. En lo personal significa no dejarse ganar la partida ni permitir que la fortaleza interna decaiga.

5. Tóxic@s manipulador@s
Estas personas aprendieron cómo sobrevivir e incluso ascender en una organización a pesar de todos sus vicios y defectos. Un ejemplo son l@s floj@s, que sin hacer mucho lograron ganar la estimación de sus superiores para obtener ascensos. Saben intercambiar favores (de todo tipo), sembrar la discordia y sacar provecho de las inseguridades y conflictos de sus compañeros. Son hábiles para hacer que otros se equivoquen.

― Ante l@s minuplador@s, la clave es el control emocional. Si detectan tus debilidades van a manejarte. Aun en las situaciones más complicadas hay que ser intensos, pero no explotar desordenadamente. Hay que descargar, cerrar páginas, dejar el trabajo en el trabajo y delimitar espacios privados. Conserva la paz interior. No estás en el mundo para complacer a nadie (a menos que tú quieras hacerlo). Tu vida productiva es de talento, creatividad e inteligencia.

No pierdas de vista qué es lo que realmente buscas, qué te hace sentir bien, cómo aportar a una vida mejor, qué es más conveniente para la empresa, cómo hacer el bien, generar un impacto positivo, trascender, cómo hacer lo mejor para ti mismo y los que quieres. Deja en tu vida a quienes realmente merecen estar en ella; saca del costal que cargas las impurezas, frases y relaciones huecas y superficiales, y olvídate de sus negativos. Aprende a vivir, convivir contigo y disfrutarte. Vales mucho más de lo que te imaginas; no permitas que otros le pongan precio a tu marca personal.

Sé el soberano de tu espíritu y tu mente; no dejes entrar a nadie sin tu permiso. Nunca bajes la mirada, no cedas el espacio que has ganado. Coraje, determinación, valor, pulcritud e integridad se cultivan y producen lo que quieres: estar bien contigo mismo y ganar el respeto de los demás.

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