China ha decidido tomar medidas enérgicas en la escalada de tensiones comerciales con Estados Unidos, anunciando el martes la imposición de aranceles adicionales que oscilan entre el 10% y el 15% sobre una variedad de importaciones alimentarias estadounidenses. Esta decisión se produce en respuesta a la reciente orden del presidente Donald Trump, quien elevó los aranceles existentes a productos chinos.
El Ministerio de Finanzas de China detalló en un comunicado que se aplicarán tarifas del 15% sobre productos como el pollo, el trigo, el maíz y el algodón. Además, se impondrán aranceles del 10% sobre el sorgo, la soja, el cerdo, la ternera, así como sobre productos acuáticos, frutas, verduras y lácteos.
La medida de Pekín ha sido justificada como una respuesta necesaria a lo que considera una “imposición unilateral de aranceles por parte de Estados Unidos”. En su comunicado, el Ministerio de Finanzas advirtió que estas acciones podrían agravar la carga sobre las empresas y consumidores estadounidenses, además de socavar los fundamentos de la cooperación económica y comercial entre ambos países.
El Ministerio de Comercio de China también ha anunciado su intención de presentar una denuncia ante la Organización Mundial del Comercio, buscando un canal para abordar las consecuencias de la nueva política arancelaria estadounidense.
El clima de incertidumbre en las relaciones comerciales entre las dos potencias continúa intensificándose, lo que plantea preguntas sobre el futuro de las negociaciones y la posibilidad de llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes.
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