Son la base de muchos alimentos y aportan al organismo proteínas, vitaminas y minerales. Descubre aquí por qué no deben faltar en tu dieta diaria
La palabra cereal proviene del latín “ceres”, que significa “diosa de la agricultura”. Los cereales existen desde tiempos remotos, ya que se encuentran en las gramíneas, gran familia de plantas herbales con más de 500 géneros. Estas plantas poseen unas semillas de las cuales se extraen granos de avena, cebada, centeno, trigo, arroz y maíz.
Cada grano de cereal está compuesto por tres capas: salvado, germen y endospermo, donde se encuentran almidón, proteínas y tejido fibroso. Sin embargo, los beneficios que puedas obtener de los cereales dependen de que cada una de estas capas esté intacta, lo cual sucede en los cereales integrales y no es los refinados.
Lluvia de aportes
Cuando consumes cereales integrales (no procesados) ofreces a tu cuerpo un alimento rico en vitamina E, complejo B y minerales como selenio, zinc, cobre, hierro, magnesio y fósforo, todo lo que necesitas para que tu piel, cabello y uñas estén saludables. Asimismo, los cereales son ricos en carbohidratos, que son los responsables de darle al cuerpo la energía que necesita cada día, lo que te permitirá estar más activa.
Si aún necesitas más razones para consumirlos, entérate de que su compuesto en fibra ayuda a controlar los niveles de colesterol en la sangre, mejora el estreñimiento y disminuye el riesgo de sufrir cáncer de colon. Un cereal recomendado es la avena, pues posee carbohidratos de absorción lenta, lo cual ayuda a sentir llenura y no disparará los niveles de azúcar en la sangre.Caliente, en merengada o en hojuelas, este cereal es el que contiene más proteínas y omega 6. Por si fuera poco, actualmente se estudia la intervención de la avena en la disminución del riesgo de cáncer de mama.