La Catedral Metropolitana de Guadalajara fue el escenario de una celebración especial que fusionó la conmemoración del 49 aniversario de ordenación sacerdotal del cardenal José Francisco Robles Ortega y el inicio del Año Sacerdotal 2025-2026. La misa, que contó con la presencia de numerosos feligreses, fue interpretada como una oportunidad para reflexionar sobre el servicio, la vocación y la importancia de la escucha activa en la vida cristiana.
El arzobispo de Guadalajara salió entre vítores y aplausos del atrio de la catedral, donde fue recibido con respeto y cariño por parte de la comunidad. En su homilía, Robles Ortega expresó un profundo agradecimiento por sus casi cinco décadas de sacerdocio, reconociendo sus limitaciones y defectos, y solicitando perdón por sus errores. “Agradezco a Dios por estos 49 años en mi vida sacerdotal. Es un don, un regalo que comparto con todos, y que me impulsa a seguir sirviendo con humildad”, comentó.
El líder religioso hizo énfasis en la importancia de valorar el sacerdocio ministerial y en promover las vocaciones sacerdotales, en un contexto de gracia y esperanza que invita a la comunidad a mirar hacia el futuro con determinación. Además, recordó la parábola de Marta y María, destacando la necesidad de escuchar con humildad y receptividad las enseñanzas de Jesucristo para mantener un equilibrio entre acción y espiritualidad.
Desde la Arquidiócesis, se anunció que en el marco del Año Sacerdotal se implementarán materiales litúrgicos y de formación destinados a fortalecer el ministerio sacerdotal, promover vocaciones y expresar gratitud hacia los sacerdotes. En sus palabras, Robles Ortega subrayó que sus años en el servicio han sido una oportunidad para contribuir al bienestar social, mencionando las capacitaciones dirigidas a dialogar con el crimen organizado y promover la paz social.
Al reflexionar sobre su trayectoria, el cardenal afirmó que su labor ha sido un “granito de arena” en la construcción de una sociedad más justa y pacífica. “Este tiempo de servicio no solo es para mí, sino para el pueblo de Dios, y espero que siga siendo una fuente de inspiración y esperanza”, manifestó.
Finalmente, hizo un llamado a atender las enseñanzas de Cristo, resaltando que una relación profunda con Dios y con los demás se construye a partir de la escucha activa y la fraternidad, principios que deben guiar la vida cristiana en todos sus ámbitos.
Este acto conmemorativo reafirma el compromiso de la Iglesia en Guadalajara de seguir promoviendo valores de humildad, servicio y fe, en un momento crucial de reflexión y renovación espiritual para la comunidad católica en la región.