Tras el incidente registrado el viernes de la semana pasada con una calandria, en el que un caballo de se resbaló por falta de mantenimiento y supervisión de su herraje, el Gobierno de Guadalajara decidió suspender este servicio hasta que se cumplan dos aspectos básicos: Que cada uno de ellos acredite y utilice un remolque para el traslado de los caballos desde y hacia sus lugares de descanso y resguardo, y someter a su caballo a la aprobación de los exámenes veterinarios, que se llevarán a cabo a partir de este miércoles.
Bernardo Fernández Labastida, Coordinador de Construcción de Comunidad, informó que ya se trabaja en la elaboración del nuevo Reglamento Sanitario de Control y Protección de los Animales en el municipio, que incluye un capítulo dedicado al establecimiento de un nuevo modelo de operación para esta actividad que asegure: “Cuidar nuestras tradiciones que fomentan el turismo y la actividad económica en la ciudad; asegurar un ambiente y condiciones de trabajo apropiados para los caballos y los calandrieros y garantizar el respeto a los derechos y el cuidado integral de los caballos”.
En ese sentido, se busca una transición a un modelo que contenga:
· Permisos de operación que establecerán zonas de carga y descarga, estaciones, rutas y horarios de trabajo.
· Capacitación de los calandrieros.
· Nuevas calandrias, más ligeras, eficientes y seguras.
· Paraderos equipados con piso amortiguante para el reposo y recuperación de los caballos.
Gómez Pozos afirmó que se retiró durante cuatro meses el permiso al conductor de la calandria que sufrió el accidente y que el caballo ya no volverá a trabajar en una calandria.
La revisión de los equinos iniciará el próximo miércoles, a las 8:00 horas en el Parque Agua Azul. Conforme vayan acreditando las dos condiciones impuestas por el Gobierno de Guadalajara, las calandrias volverán a ofrecer su servicio en el centro de la ciudad.