Las fuertes lluvias generadas por una tormenta eléctrica y el ingreso de un frente frío en la ciudad mexicana de Tijuana, frontera con Estados Unidos, obligaron a las autoridades a ofrecer una reubicación a cientos de migrantes que acampan en la garita de El Chaparral desde de febrero pasado.
Pero a pesar de las condiciones climáticas, lluvia constante e intensa y aire helado, solo una veintena de migrantes de los más de 100 que están asentados en el lugar en improvisadas tiendas de campaña aceptaron ir un albergue habilitado para su refugio y atención directa.