El palacio de Buckingham está bajo una fuerte presión para responder a las acusaciones de racismo vertidas por los duques de Sussex contra la familia real, un escándalo que amenaza con sumir a la monarquía en su peor crisis en décadas.
La demoledora entrevista que los duques de Sussex, Enrique y Meghan, concedieron a la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfrey ha conmocionado al Reino Unido, en particular a la prensa, que este martes exige identificar al miembro de la familia real británica que cuestionó el color de la piel del hijo de la pareja, Archie, de casi 2 años de edad.