En una medida que busca mejorar la concentración y el bienestar emocional de los estudiantes, Brasil ha implementado una nueva legislación que prohíbe el uso de teléfonos celulares en las aulas, convirtiéndose en uno de los 80 países que han adoptado restricciones similares. Esta decisión, aprobada por el Congreso el 13 de enero, afecta a estudiantes de entre 4 y 17 años y responde a preocupaciones sobre los efectos perjudiciales de las pantallas en la salud y el aprendizaje.
El 82 por ciento de los padres brasileños respalda esta prohibición, según un estudio del Instituto Locomotiva y QuestionPro. En un país de 211 millones de habitantes, más de la mitad de los niños entre 10 y 13 años posee un teléfono móvil, así como el 87.6 por ciento de los adolescentes de 14 a 17 años, lo que ha llevado a un creciente interés por regular el uso de estos dispositivos en el entorno escolar.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha recomendado la prohibición del uso de celulares en las aulas, argumentando que estos dispositivos suelen distraer a los estudiantes y afectar negativamente su aprendizaje. Un estudio indica que la simple notificación de un mensaje puede interrumpir la concentración del alumnado, tardando hasta 20 minutos en recuperar el enfoque.
La restricción busca abordar problemas como el déficit de atención, la ansiedad, la depresión, el acoso escolar en línea y el acceso a contenido inapropiado. Investigaciones han demostrado que la prohibición de teléfonos móviles puede mejorar el rendimiento académico, especialmente entre aquellos estudiantes con bajo rendimiento.
A nivel global, la tendencia por limitar el uso de celulares en las escuelas continúa en aumento. Según la Unesco, a finales de 2024, el 40 por ciento de los sistemas educativos del mundo implementaron algún tipo de restricción. En Estados Unidos, 20 de los 50 estados han establecido regulaciones sobre el uso de dispositivos electrónicos en las aulas, mientras que en Europa, países como Italia, Suecia y Dinamarca han tomado medidas similares.
En España, solo tres de las 17 comunidades autónomas han evitado legislar sobre el tema, y en el Reino Unido, el Departamento de Educación ha introducido medidas para regular el uso de celulares, permitiendo que el 97 por ciento de las escuelas adopten restricciones. En China, la ciudad de Zhengzhou ha impuesto restricciones en escuelas primarias y secundarias, requiriendo el consentimiento de los padres para el uso de teléfonos por razones pedagógicas o médicas.
Con la implementación de esta nueva normativa, Brasil se suma a un movimiento global que busca priorizar el aprendizaje y la salud emocional de los estudiantes en un mundo cada vez más digitalizado.
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