El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, subió el tono este martes y pidió el apoyo de la «presión popular», después de que la Justicia electoral decidió investigar sus amenazas a los comicios de 2022 si no se acepta reimplantar el voto impreso.
La cruzada desatada por el líder de la ultraderecha contra las urnas electrónicas que Brasil adoptó en 1996 llegó a un punto de conflicto la víspera, cuando el Tribunal Superior Electoral (TSE) reaccionó y abrió dos posibles vías de investigación sobre la conducta del mandatario, que llegó a considerar «antidemocrática».