Por: Jaime Castillo Copado
Año de perros
De acuerdo con el Horóscopo chino el 2018 será conocido como el Año del Perro. Sin embargo para los mexicanos cada año electoral es igual a un Año de perros.
Y aunque hay políticos que con las campañas terminan liados peor que perros y gatos, más allá de su cancha, primero está el apartado económico, que con la perra cuesta, ya nos tiene bailando como perros y eso que apenas vamos a mitad de enero.
Hace apenas unos días el periódico Reforma publicó que la inflación está en un rango histórico en los últimos diecisiete años, mientras que el dólar y la gasolina compiten por alzarse por arriba de los 20 pesos. Con esas cifras, no cabe duda que a este país lo está gobernando el PRI, los expertos en devaluaciones.
Ni qué decir del precio del gas, que subió casi cien pesos en tan solo tres meses y ha disparado el costo de los alimentos preparados, de tal suerte que la escalada de precios mantiene a las familias con el Jesús en la boca, apenas se le viene a la mente echarse el primer bocado del día.
Aspectos pues que tendrían que considerarse por los partidos políticos antes de que comiencen las campañas y generen eso que pomposamente le llaman «plataformas electorales», que a la postre derivan en programas de gobierno y se aterrizan con acciones que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. (Ajá).
El optimismo viene a colación, porque como nos pasa en México cada seis años, cuando concurren elecciones y mundial futbolero: uno no hace sino colgarse al cuello el collar de la esperanza y salir a la calle con el ánimo bien renovado, a luchar por los nuestros y a perrearle con todo por la vida… Al menos hasta donde nos alcance la correa.