Por:Jaime Castillo Copado
Luz y sombra en la bahía
En junio de este mismo año habrán de celebrarse elecciones constitucionales en cuatro Estados de la República, entre los que se encuentra el vecino estado de Nayarit. Junto con su gobierno estatal tendrá que renovarse también el Congreso nayarita y los Ayuntamientos de cada uno de sus 20 municipios, incluido por supuesto, Bahía de Banderas.
Si atendemos a los factores de proximidad geográfica, así como a la hermandad comercial y turística de gran importancia social, lo que suceda en unos meses en materia política-electoral, del lado de Bahía de Banderas, a los vallartenses debería de interesarles de una manera por demás importante.
Más allá del conjunto metropolitano que se conforma entre el más sureño municipio nayarita y la ciudad de Puerto Vallarta, a los que separa y une un mismo puente que pasa sobre el río Ameca, para fines prácticos Bahía de Banderas sigue siendo un municipio muy, muy atrasado.
La juventud administrativa del vecino nayarita (apenas si supera los diez ayuntamientos en su haber), así como las vastas extensiones de tierra en sus diversas comunidades, sirven para explicar los motivos de su atraso, porque lo vuelven un municipio bastante peculiar para pretenderlo gobernar.
En primerísima instancia, porque todavía está sujeto a las viejas prácticas del cacicazgo de corte priista, en donde la figura más relevante es la su dos veces presidente municipal Héctor Paniagua Salazar, a quien todavía en estos tiempos le siguen guardando fidelidad sus huestes.
Y ya sea porque es un municipio joven, o porque desde que existe se convirtió en el botín político de los nayaritas, en la joya cora de la corona, por su imán para las inversiones hoteleras y condominiales, a la configuración social y administrativa que resulte en una mejor calidad de vida a favor de sus gobernados todavía le falta mucho.
Más todavía cuando lo contrastamos con los notables avances de Puerto Vallarta, su vecino jalisciense del lado sur, que mantiene una férrea lucha por mantener limpia su imagen visual a lo largo de su franja turística y muestra una gran diferencia en el valor de la tierra y cuenta con mejores servicios públicos. Ni qué decir del orden administrativo que también contrasta en mediciones de aspectos como el de la Transparencia, en el acceso a la Información Pública, en donde el colectivo CIMTRA acaba de ponerle estrellita a las autoridades municipales vallartenses, colocando a Puerto Vallarta en el top ten de los municipios más transparentes de México.
Total que luz y sombra en una misma bahía, en donde el contraste en las condiciones de vida entre y uno y otro también puede explicarse cuando atendemos a las causas políticas de donde se originan, pues mientras del lado de Puerto Vallarta gobierna Movimiento Ciudadano, los badebaenses siguen atorados en el priismo más ranchero. Y por cierto, nada parece indicar que las cosas vayan a cambiar… ni de un lado, ni del otro de la bahía.
A menos, claro, que a los nayaritas se les ocurra votar por ese que «roba poquito».