Largas horas bajo el sol y un cuidadoso proceso manual dan como resultado la cosecha de sal de Colima, un ingrediente único reconocido por numerosos chefs que tiene su origen en un volcán de este estado mexicano situado a orillas del Pacífico.
Los ojos cansados de Emma Arréz sobresalen entre la visera de la gorra y un paño de tela rosa que le tapa casi toda la cara. Para protegerse del sol cubre todo su cuerpo con ropas frescas y que le permitan mover la pala con la que “cosecha” la sal desde hace 30 años.