El gobierno australiano anunció cambios en la regulación de plataformas digitales, incluyendo una reciente prohibición de que menores de 16 años puedan crear cuentas en YouTube, en un esfuerzo por limitar el acceso de los jóvenes a contenidos potencialmente dañinos. La medida, que entrará en vigor el 10 de diciembre, implica que las plataformas deberán cumplir con requisitos específicos para garantizar que sus usuarios no sean menores de esa edad, bajo sanciones que alcanzan los 50 millones de dólares australianos en caso de incumplimiento.
La decisión representa una modificación respecto a la postura adoptada meses atrás, cuando YouTube fue excluido de las plataformas con restricciones en Australia. Ahora, el gobierno considera que la plataforma, junto con otras redes sociales como Facebook, Instagram, Snapchat, TikTok y X, debe implementar controles más estrictos para proteger a la población infantil.
La ministra de Comunicaciones, Anika Wells, explicó que las nuevas reglas definen qué servicios digitales deben aplicarlas, y que las plataformas podrán permitir que los menores accedan a los contenidos sin crear cuentas propias, pero sin la posibilidad de gestionar perfiles. La normativa exime a servicios de juegos en línea, mensajería y aplicaciones educativas o de salud, considerados menos dañinos.
Wells afirmó que el gobierno no se dejará intimidar por posibles acciones legales de Alphabet Inc., propietaria de YouTube, y defendió la necesidad de estas medidas ante evidencias que indican que un 40% de niños australianos reportan daños relacionados con el uso de la plataforma.
YouTube, por su parte, manifestó que la decisión “revierte un compromiso público” y afirmó que continuará evaluando sus pasos futuros en colaboración con las autoridades. La compañía destaca que su plataforma, centrada en la distribución de videos, no debe considerarse una red social en el sentido tradicional.
El primer ministro Anthony Albanese anunció que Australia promoverá en la próxima reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la adopción de medidas internacionales similares para proteger a los menores del impacto negativo de las redes sociales. Además, el gobierno está evaluando tecnologías de verificación de edad, aunque aún no se han implementado requisitos estrictos para la comprobación de identidad, y se mantienen algunas excepciones para servicios considerados menos perjudiciales.
Las nuevas regulaciones buscan reducir riesgos asociados al uso de plataformas digitales, como conductas adictivas, aislamiento social, alteraciones en el sueño y efectos negativos en la salud mental y física de los niños, en un contexto de creciente preocupación por el impacto de las redes sociales en la población infantil.