La hipertensión arterial, tradicionalmente asociada a personas mayores, está mostrando un incremento alarmante en jóvenes de 20 a 30 años en México, alertaron médicos y expertos en salud. Este fenómeno se vincula en gran medida a factores como el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo, que cada vez se presentan con mayor prevalencia en edades tempranas.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), casi la mitad de los adultos en el país vive con hipertensión, una enfermedad crónica que ha duplicado su incidencia en las últimas dos décadas. La tendencia en jóvenes preocupa a la comunidad médica, ya que la hipertensión puede desarrollarse sin síntomas aparentes en sus primeras etapas, lo que dificulta su detección temprana.
El Día Mundial de la Hipertensión, que se conmemora cada 17 de mayo, ha puesto en foco la creciente presencia de esta enfermedad en población joven. El doctor Tomás Miranda Aquino, especialista en cardiología del Hospital Civil de Guadalajara, explicó que actualmente recibe en consulta a pacientes de entre 20 y 25 años con cifras de presión arterial elevadas, algo poco habitual hace una década.
«Generalmente, los diagnosticamos en personas mayores de 40 años. Ahora, cada vez llegan más jóvenes con presión alta», señaló el especialista.
Una historia representativa es la de Karina, una joven que desde la infancia padecía sobrepeso y, a los 12 años, comenzó a experimentar dolores de cabeza intensos y sed constante. Tras una serie de complicaciones, fue diagnosticada con resistencia a la insulina e hipertensión arterial, condiciones que le provocaron síntomas secundarios como ansiedad y pensamientos suicidas. Hace menos de un año, se sometió a una cirugía bariátrica que logró estabilizar su glucosa y su presión arterial.
La resistencia a la insulina y la hipertensión, en muchos casos, son denominadas «enfermedades silenciosas» porque no presentan síntomas claros en sus primeras fases. Según el cirujano José Antonio Castañeda Cruz, esto hace que muchas personas desconozcan su condición hasta que enfrentan complicaciones graves como ataques cardíacos o daño renal.
«Más del 46% de los hipertensos en México no saben que lo son. La mayoría no presenta síntomas y solo detectamos la enfermedad en consultas médicas de rutina», advirtió Castañeda Cruz.
Ante esta situación, los especialistas recomiendan realizar revisiones médicas periódicas, especialmente a partir de los 20 años. La prevención incluye adoptar un estilo de vida saludable con alimentación equilibrada, ejercicio regular y evitar el consumo excesivo de alcohol, tabaco y alimentos ultraprocesados.
«Es fundamental no subestimar la salud. Una evaluación anual puede marcar la diferencia para detectar y tratar oportunamente la hipertensión», concluyó Castañeda Cruz.
La tendencia creciente de hipertensión en jóvenes pone en evidencia la necesidad de promover estilos de vida más saludables y de fortalecer las campañas de detección temprana para reducir riesgos y complicaciones futuras.