La enfermedad del ojo seco, que tradicionalmente se asociaba con la edad avanzada, está mostrando un preocupante aumento entre los adultos jóvenes, especialmente debido al uso intensivo de pantallas digitales. Un reciente estudio poblacional, liderado por el catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense, José Manuel Benítez, revela que la prevalencia de esta enfermedad en la franja de 18 a 30 años alcanza un alarmante 30%, aunque solo el 5,7% de los afectados ha sido diagnosticado.
El estudio, titulado PrevEOS y publicado en la revista internacional ‘The Ocular Surface’, destaca que en España, uno de cada cinco adultos sufre de ojo seco, pero solo un tercio de ellos está consciente de su diagnóstico. La investigación se realizó sobre una muestra de 3.019 personas, estratificada por sexo, edad y región, y pone de manifiesto que, si bien la enfermedad es más común entre las mujeres (21,3% frente a 10,9% en hombres), su incidencia también está aumentando en niños de entre 12 y 15 años debido al uso excesivo de dispositivos electrónicos.
El uso prolongado de pantallas se identifica como un factor de riesgo significativo, ya que provoca una reducción en la frecuencia del parpadeo, lo que impide la correcta lubricación de la superficie ocular. Además, la enfermedad del ojo seco no solo está relacionada con hábitos tecnológicos, sino que también se asocia con condiciones como la diabetes, el glaucoma y el consumo de ciertos medicamentos.
Benítez advierte que el ojo seco no es solo un problema menor; puede llevar a infecciones o incluso a queratitis, una inflamación de la córnea que puede comprometer gravemente la visión. De hecho, la calidad de vida de quienes padecen esta afección es comparable a la de pacientes con angina de pecho severa. Sin embargo, los afectados a menudo se sienten incomprendidos, tanto por la comunidad médica como por las autoridades sanitarias, lo que agrava la situación.
La mayor prevalencia de la enfermedad en mujeres se atribuye a factores hormonales, alcanzando hasta el 68% en mujeres postmenopáusicas. Sorprendentemente, la relación entre la terapia hormonal sustitutiva y la enfermedad del ojo seco ha sido descartada.
Dados estos hallazgos, los expertos hacen un llamado urgente a la prevención y al diagnóstico temprano. La enfermedad del ojo seco es prevenible, y se invita a quienes experimenten síntomas como ardor, escozor o sensación de arenilla en los ojos a buscar atención médica adecuada. La salud visual es esencial, y la creciente dependencia de la tecnología no debe comprometerla.
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