La atención temprana de la artritis reumatoide reduce la probabilidad de daño estructural, retrasa el progreso de la enfermedad y mejora la calidad de vida del paciente, afirmó Antonio Barrera Cruz, especialista en reumatología del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El también jefe de área de Guías de Práctica Clínica, de la Coordinación Técnica de Excelencia Clínica, indicó que esta enfermedad requiere de un diagnóstico temprano que permita el inicio del tratamiento en las primeras 12 semanas después de manifestar síntomas.
«El papel del médico familiar es fundamental para iniciar el abordaje terapéutico ya que cuanto antes se comience, mayor será la probabilidad de controlar el proceso inflamatorio y de reducir el daño», señaló Barrera Cruz.
Los principales síntomas de la enfermedad son dolor, inflamación de las articulaciones, rigidez matutina, hipersensibilidad y disminución del movimiento articular, así como fatiga, pérdida de apetito, malestar general, limitación funcional y depresión.
Añadió que aun cuando el padecimiento no tiene cura, la atención integral permitirá atender el dolor y la inflamación de las articulaciones, retrasar la progresión de la enfermedad y mantener la remisión o un bajo nivel de actividad clínica.
El reumatólogo recordó que la artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune sistémica, de carácter inflamatorio y crónico que presenta predilección por las articulaciones. Afecta la membrana sinovial y posteriormente al cartílago, ligamentos, cápsula y hueso.
Detalló que los cambios inflamatorios sistémicos pueden afectar otros órganos como corazón, pulmón, riñón, piel y ojos, así como al sistema encargado de la formación de la sangre, conocido como sistema hematopoyético.
Este padecimiento comienza con mayor frecuencia entre los 30 y 50 años de edad, aunque puede manifestarse a cualquier edad.
De acuerdo con el Estudio Mundial de Carga Global de Enfermedad 2016, las artropatías constituyen un importante problema de salud en la población mundial ya que representan casi un seis por ciento del total de la carga global de enfermedad, con más de 140 millones de Años de Vida ajustados por Discapacidad y mala salud (AVAD).
