Por: Carlos E. Martínez Villaseñor
El pilar del sistema educativo es elemental para el crecimiento y desarrollo de una nación. Sin lugar a dudas, este gran golpe que estamos viviendo alrededor del mundo, es histórico y el daño es irreversible, COVID-19 vino a resetear el mundo en todo sentido, en lo económico, social, político, científico, en cuestión salud, sistemas y organismos mundiales, gobiernos, fuentes de trabajo, bolsas de valores, etc… Pero el sistema de educación no puede parar, y este es el caso del que hoy podremos platicar.
“Aprender en casa”, un sistema hecho de un plumazo, redactado y expuesto ante medios de comunicación sin valoran aspectos fundamentales. Hoy vamos a imaginar. Imaginemos cómo más de 25 millones de estudiantes, estarán sumergidos en un sistema digital. Sigamos en este proceso de imaginación, donde por medio de computadoras, redes sociales, internet y televisores, será la medida o la herramienta esencial para desarrollarse. Imaginemos, que más de 7 millones de esos estudiantes, viven en más de 100 mil localidades rurales. Imaginemos que los profesionistas de la educación, envían tareas, formatos, libros, textos, dibujos, y demás herramientas de aprendizaje por estas vías, añadiendo que muchas de ellas necesitan impresión física.
Imaginemos que el territorio nacional, cuenta apenas con 52.9% de conexión a internet. Y que el 73% de ese 52.9% son en zonas urbanas. Imaginemos que la educación pública necesita de un lugar donde las computadoras, las impresiones, el internet, no sean obstáculo. Ahora vamos al día a día, una familia que busca trabajo por esta crisis económica o conservarlo. Una familia que no cuenta con computadora ni internet, y tampoco tiene acceso a un ciber y menos a impresiones. Una comunicación con los padres de familia, donde es esencial que tengan WhatsApp para poder transmitir el maestro las tareas… ¡ah! pero que tenga datos en su celular para que descargue todo lo que se le envíe.
¿Cómo estarán evaluados nuestros profesionales de la educación?, que sin duda su carga de trabajo es monumental, pero ¿con qué objetivo concreto? ¿con qué tiempos? ¿bajo qué forma?. Me llama la atención que esos plumazos, carecen de estos puntos que estamos mostrando. Comunidades indígenas, comunidades alejadas a la comunicación digital, municipios donde lejos de ser escaso el internet, simplemente no se cuenta con red.
¿Qué se hace en esos casos con esta plataforma? Buscando realidades, y no mitos, una familia en crisis mundial, tiene que buscar trabajo, sustento, seguridad, salud…. y un ciber. Quiero imaginar, que se presentará otra estrategia para estos casos, o quizás la están preparando. A menos que todo sea un plan, para que después nos digan que regresará la normalidad después de la fase 3, en julio o agosto, retomando el calendario educativo a mediados de agosto. ¿Qué será que nuestra educación en México? ¿podrá algún día despegar?… No quiero imaginar que un padre de familia pierda su celular, o no pueda pagarlo, o incluso se lo roben… su hija o hijo no podrá acceder a las tareas de su maestra o maestro.
Sería sumamente interesante saber qué asesores tiene el Secretario de Educación, seguro les daríamos una beca. El día a día de una familia en México, es más dura que una estrategia a vapor. El día a día de una familia mexicana, en -como dicen- tiempos de COVID-19, es sobrevivir tanto en salud como en sustento. Esto es un claro, clarísimo ejemplo de la necesidad de un planteamiento educativo no por sexenio, no por campaña electoral, no por politiquería, sino que evolucione sin importar mandatarios ni servidores públicos de papel.
Datos técnicos: Son 232,876 escuelas, de las cuales 198,348 son públicas y 34,528 privadas; se distribuyeron 176 millones de libros de texto gratuitos; existen un millón 219 mil 517 maestras y maestros; en localidades de alta y muy alta marginación se encuentran 56.9% de las escuelas de nivel básico y 39.9% de los planteles de educación media superior; un país como México, en el que más del 40% de la población vive en situación de pobreza; si seguimos, podremos ver que una plataforma así, en un país así, sólo significa Analfabetismo Digital.
