Vías Verdes impulsa la revitalización de estaciones históricas como centros culturales y turísticos
En las regiones Valles y Ciénega de Jalisco, el programa Vías Verdes ha logrado convertir seis antiguas estaciones de tren en centros culturales activos, promoviendo la conservación del patrimonio histórico y fomentando la participación comunitaria. Esta iniciativa, promovida por la Secretaría de Cultura, ha recuperado 98 kilómetros de caminos y vías férreas, integrando historia, naturaleza y cultura en una red de senderos culturales y recreativos.
Las estaciones, construidas entre 1850 y 1905 en localidades como Ameca, La Vega, Etzatlán, San Marcos, Ahualulco de Mercado y Atotonilco, han sido restauradas y adaptadas para ofrecer una variedad de actividades culturales y turísticas. Entre ellas, destacan talleres artísticos, museos temáticos y rodadas guiadas, que permiten a los visitantes conocer en profundidad la historia del ferrocarril, sus puentes metálicos, alcantarillas centenarias y antiguos paraderos.
El proyecto se centra en tres senderos principales que conectan municipios históricos, atravesando haciendas, zonas arqueológicas y paisajes de agave y huertas. Uno de los tramos más extensos, de 44 kilómetros, une Tala con Ameca, y es utilizado por peregrinos y ciclistas, quienes disfrutan de un camino accesible y rodeado de árboles que delimitaron en su momento las vías. Otro sendero de 34 kilómetros conecta Teuchitlán con Etzatlán, sirviendo como corredor natural y cultural en una ruta que también permite acceso a la zona arqueológica de Guachimontones.
El programa también incluye conexiones asfaltadas que facilitan el acceso a puntos estratégicos como CUValles y sitios arqueológicos, ampliando las opciones de turismo cultural y recreativo. Además, las estaciones ahora albergan museos, como el Museo del Maíz y el Museo Ferroviario en Etzatlán, que exhiben herramientas, fotografías y objetos que narran la historia del ferrocarril en la región.
Las actividades guiadas, a cargo de siete guías especializados, enriquecen la experiencia de visitantes y residentes, quienes también participan en talleres de guitarra, danza folclórica, artesanías y actividades físicas como zumba y ciclismo. En espacios como La Vega y Atotonilco, los visitantes disfrutan de zonas de descanso y senderos rodeados de gran arbolado, ideales para convivir con la naturaleza.
Ximena López Nakashima, Directora de Patrimonio Cultural, destacó que uno de los objetivos actuales es completar la recuperación de 21 kilómetros entre Ocotlán y Atotonilco, creando un circuito completo que fortalezca la oferta cultural y turística de la región.
El éxito del programa radica en la apropiación social y en la transformación de un patrimonio ferroviario en un camino hacia el turismo sustentable, demostrando que los rieles pueden ser más que nostalgia y convertirse en un motor de desarrollo cultural y económico para las comunidades locales.
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