La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU) expresó preocupación por la situación de aproximadamente 300 migrantes venezolanos y salvadoreños deportados por Estados Unidos a una cárcel en El Salvador, cuyo paradero y condiciones de detención aún no han sido esclarecidos. La organización afirmó que, hasta la fecha, tanto las autoridades estadounidenses como las salvadoreñas no han divulgado listas oficiales con la identificación de los detenidos, lo que genera incertidumbre y angustia entre las familias.
Según cifras proporcionadas por la ONU, entre el 20 de enero y el 29 de abril, Estados Unidos deportó unas 142 mil personas, de las cuales un número importante son venezolanos y salvadoreños enviados al Centro de Confinamiento de El Salvador (Cecot). La situación se complicó tras la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 en marzo pasado, para deportar a presuntos pandilleros y miembros de organizaciones consideradas terroristas, como el Tren de Aragua y la MS-13.
El alto comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, señaló que muchos familiares reportaron su angustia por no saber en qué condiciones se encuentran sus seres queridos, algunos de los cuales solo pudieron reconocer en videos publicados en redes sociales a sus familiares en el interior del centro penitenciario o durante su traslado. La falta de información oficial y la incertidumbre sobre el destino de estas personas generan preocupaciones sobre posibles vulneraciones a sus derechos humanos.
La situación continúa en evaluación y la comunidad internacional observa con atención la respuesta de las autoridades, mientras las organizaciones defensoras de derechos humanos demandan mayor transparencia y medidas que garanticen la protección de los migrantes deportados.
