La mansión de Silvia Pinal, ubicada en Jardines del Pedregal, es uno de los inmuebles más emblemáticos del legado de la última diva del Cine de Oro mexicano.
A través de una entrevista con Alan Tacher para Despierta América, Alejandra Guzmán confirmó que esta propiedad le fue heredada en vida por su madre, quien falleció el pasado 28 de noviembre.
“Me dijeron que me la habían dejado a mí, pero yo tengo mi casa. Es lo que menos me importa”, declaró la cantante, quien además destacó que Silvia Pinal dejó todos sus bienes organizados.
Aunque Alejandra Guzmán confirmó que la mansión le pertenece, subrayó que no es materialista y que valora más los recuerdos y enseñanzas de su madre. “Qué padre que me lo haya dejado, pero yo no soy materialista”, reflexionó. También recordó que, en el pasado, su madre le pagó un préstamo con un departamento, una muestra más de cómo Pinal dejó su patrimonio en orden.
Guzmán evitó revelar la identidad de la albacea, aunque aseguró que la familia se reunirá próximamente para leer el testamento.
Construida en los años 50, la residencia de Pinal no solo representa el éxito de la actriz, sino también un legado cultural y arquitectónico único. Diseñada por el reconocido arquitecto Manuel Rosen, la mansión se encuentra en una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México, conocida por sus terrenos volcánicos transformados en áreas residenciales de lujo.
El diseño modernista de la casa incluye grandes ventanales, jardines amplios, una alberca cubierta y espacios decorados con obras de arte, entre ellas un retrato de Silvia Pinal pintado por Diego Rivera en 1955. Este cuadro, valuado en 60 millones de dólares, es considerado patrimonio cultural y está protegido por un fideicomiso que prohíbe su venta.
La propiedad está actualmente valuada en 65 millones de pesos, aunque su valor podría aumentar debido a su relevancia histórica y cultural.